Son las seis de la mañana y cruzo por la Cruz de Caravaca. Se abre 'La India', ha entrado el camarero y esperan los primeros jubilados que han dormido caliente y algunos 'currantes' que echan el primer café de la mañana mientras en la Farmacia el termómetro marca 8 grados centígrados. Hace frío. Mucho para lo que se estila en esta ciudad y me acuerdo de mi hermano que duerme a las puertas de una vieja oficina bancaria junto al Roypa en la calle Santiago que la han dejado bonita. A escasos cincuenta metros duerme y hace sus necesidades en la acera mi amigo 'el moreno' que más amigo es mi otro hermano. Y me acuerdo de Médicos sin fronteras, Intermón, Cruz Roja y ahora la Casa de Nazaret. Mi familia siempre ha colaborado para que estas cosas no pasen y de nuestros sueldos (mi mujer y yo) sale dinero para los más necesitados. Parece claro que no llega y mientras se piensa en la comida de Navidad a mi se me revuelve la conciencia pensando si lo estamos haciendo bien. Porque esto le puede pasar a cualquiera y si mi hermano tuvo una vida mejor mi amigo 'El Moreno' (al que un día pillé orinando en la acera y sólo le dije "tranquilo" mientras con la mirada me pedía perdón) busca trabajo y no tiene donde ir.
Si los políticos no hablan de mis problemas que pueden esperar mi hermano y 'el Moreno' de su situación al límite tapados con cartones y durmiendo a las puertas de viejos locales que (como ellos) tuvieron un tiempo pasado mejor. Esta mañana mi amigo 'El Moreno' se ha levantado antes de las seis y cuarto porque ya se ha marchado y ha dejado la cama lista para la noche mientras mi hermano duerme y sueña con una vida mejor.
Mi hermano es menor que yo y parece más viejo. Tuvo una vida mejor y familia que ahora no ve y se aferra a malvivir porque cree en Dios y espera su llamada. Él no orina a las puertas del local porque los camareros del Roypa le dejan utilizar sus servicios. Mi hermano no me habla y 'El Moreno' me mira y piensa que le voy a recriminar algo. No saben que estoy con ellos y miro el termómetro mientras pasa un coche de la Policía para patrullar.
Mi hermano
No, no es verdad, pero como si lo fuera. Lleva dos o tres años durmiendo junto al Roypa en la calle Santiago. En verano se puede llevar pero en invierno tira de cartones para protegerse del frío. Muchos pasamos por su lado sin hacer nada. Yo pensaba que con lo de las 'oeneges' iba a dar para esto pero me consta que hay muchos más como ellos que duermen en la calle. No es mi hermano. Somo cinco en mi familia y todos viven bien y duermen mejor. Somos afortunados pero te puede pasar a tí.
Cada mañana me pongo en su lugar y pido a Dios que le ayude como si no tuviera cosas que hacer Dios. No le quiero molestar. Le he visto despierto y me ha mirado con desconfianza muchas veces mientras se sirven los primeros desayunos en el Roypa o más arriba en el Kiosko Luis Marín. No hay dos Almerías señores es la cruda realidad y seguirá pasando porque cuando era un niño en la calle Magistral Domínguez también dormían en la calle a escondidas dos personas pero eran los años sesenta. Hay mi hermano. No pasa el tiempo por Almería. Para esto, digo.
Mi amigo 'El Moreno'
Es joven y con los ojos grandes. Alto y fuerte. Lleva poca ropa y solo tiene cartones para cubrirse. Muchas veces duerme solo con la ropa que lleva. Duerme en el local del 'TodoBa' y los que pasamos por esa calle no siempre tenemos la fortuna de cruzarnos con él porque madruga mucho. Tiene toda una vida por delante pero no está en el paraíso que le prometieron. Vive al otro lado del Edén.
Los orines en la acera delatan su presencia una jornada más y en la Rotonda del 'Rafael Florido' se marcan los 7 grados de frío y se aproxima el reloj a las seis y media de la mañana entra autobuses, el camión de la leche de La Goleta, los panaderos, y los policías de paisano que van al Roypa a desayunar.
Te puede pasar a tí
A mí me da miedo de verlos porque tengo claro que mi hermano tuvo una vida mejor y algo le ha llevado "a la puta calle" como dicen algunos. Es verdad que está en la calle pero con una decencia y respeto que delata esa vida mejor que parece le abandonó para siempre. Como le he pedido tanto a Dios por mi hermano y no me ha escuchado todavía, espero que alguien se acuerde de él y le lleve a un lugar decente para pasar las noches.
Yo se que escribiendo de esto no dejarán de dormir en la calle personas pero me quedo más tranquilo porque quiero que Almería sepa que no todos celebramos igual la Navidad y con infinito respeto pido que esto se acabe de una vez. Si mi familia se apunta a las 'oeneges' también es para ellos.
No, no es mi hermano. pero como si lo fuera.
Felices Pascuas.
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