El pasado noviembre, el Hospital Vithas Almería alcanzó un hito en la sanidad privada almeriense con una operación pionera liderada por el cirujano general y digestivo, el doctor Gabriel López Ordoño.
Se trataba de una resección hepática para la extracción de un tumor en el hígado. Para realizar la intervención se contó con la tecnología del disector ultrasónico CUSA Excel, y es el uso de este instrumento lo que marcó la diferencia. “La hepatectomía mediante laparoscopia se practica regularmente en la sanidad pública, pero en la privada de Almería no se había hecho nunca, entre otras razones, porque el volumen de pacientes no es el mismo y porque se requiere una tecnología que permita hacer este tipo de intervenciones de forma segura, lo que necesita de una inversión importante”, comenta el doctor Gabriel López Ordoño.
Según cuenta el doctor Ordoño, este paciente era el candidato idóneo para la técnica realizada debido a su patología. El paciente, que padecía una tumoración quística hepática de etiología incierta (un tumor en el hígado), fue operado con éxito mediante la cirugía hepática por vía laparoscópica, técnica pionera en la sanidad privada de Almería.
“El hígado es un órgano sólido que en su interior tiene una serie de conductos biliares y ramas vasculares. El disector ultrasónico CUSA Excel+, que funciona mediante ultrasonidos, descompone el tejido noble del hígado respetando dichos conductos biliares y las ramas vasculares dentro del hígado, lo que permite una cirugía mucho más limpia, delicada y controlada. Además, de forma asociada con otros dispositivos, como el sellador de vasos sanguíneos, se evita el sangrado durante la intervención”, lo que permite que la cirugía se realice de forma mucho más segura, explica López Ordoño.
El uso del disector CUSA en conjunto con la técnica laparoscópica presenta dos ventajas evidentes. Además de evitar complicaciones intraoperatorias, el uso de los ultrasonidos permite una cirugía mucho más anatómica, limpia y ordenada, en la que el tejido noble del órgano se destruye de forma mínima, y en consecuencia, se acelera la recuperación del paciente.
Asimismo, la técnica laparoscópica es mucho menos dolorosa y el daño en la piel es infinitamente menor- se trata tan solo de tres o cuatro pequeñas incisiones de menos de dos centímetros en el abdomen-, lo que favorece en gran medida la recuperación. “El paciente pudo irse a casa al día siguiente, pero, por prudencia, se le dio de alta al 2º día de postoperatorio, y posteriormente acudió a revisión a las dos semanas sin ningún tipo de incidencia ni complicación”, observa el doctor que lideró la cirugía.
La precisión y las ventajas de esta herramienta la han hecho esencial para realizar este tipo de intervenciones. “Hoy en día no se concibe hacer una cirugía hepática sin disponer de esta tecnología”, asegura López Ordoño.
Tecnología aplicada a la medicina
En la actualidad la medicina y la tecnología se han vuelto inseparables. De hecho, hoy en día no se concibe llevar a cabo ciertas cirugías sin el uso de herramientas tecnológicas. Desde cámaras microscópicas hasta disectores de ultrasonido, la tecnología sanitaria ha avanzado a pasos agigantados en los últimos 50 años.
"Los cambios que ha habido en la medicina en los últimos 30 o 40 años son equivalentes o superiores a los avances producidos, como por ejemplo, en el campo de la aviación en los 120 años que median desde el vuelo inicial de los hermanos Wright”, narra el doctor López Ordoño.
En este sentido, lo que ya es habitual en todos los hospitales, como por ejemplo el TAC, hace tan solo 40 años era una gran novedad. “En mis libros de medicina de la carrera no había ninguna referencia al TAC. De hecho, cuando estudiaba sexto de carrera en 1986 se pararon las clases porque iba a darnos una conferencia un investigador español que trabajaba en el Instituto Karolinska de Estocolmo, donde estaban experimentando con una tecnología que iba a revolucionar la capacidad de diagnóstico de enfermedades, que se llamaba tomografía axial computerizada y que actualmente conocemos, abreviadamente, como TAC”, recuerda Gabriel López.
El doctor reconoce que la aplicación de la tecnología a la medicina se ha hecho a un ritmo vertiginoso. Además, destaca que los médicos, en general, son profesionales muy cualificados y motivados y que, de no ser así, jamás hubiesen podido seguir el ritmo de las actualizaciones, tanto técnicas como científicas. “Tienes que aprender continuamente, a todo lo largo de la vida profesional, y no nos cuesta aprender, porque nos gusta nuestra profesión de médico y, además, porque o te subes al carro o te lleva la corriente”, dice el doctor.
Pese a que la medicina, en gran medida, ya no pueda funcionar sin la tecnología sanitaria, el doctor Gabriel López Ordoño se siente orgulloso de haberse formado y crecido en el tiempo en el que la tecnología era una herramienta auxiliar a la medicina y no la principal. "Lo primordial es el contacto con los pacientes, prestar oído a lo que dicen y atención a lo que su cuerpo manifiesta a la hora de estar enfermos", comenta.
En un símil con la vida actual, “Yo me formé como ‘analógico’ pero también después me he desarrollado como ‘digital’. El que solo es digital ni se imagina lo que fue y es ser ‘analógico’. Y creo que es una pena porque hay que tener una base, un sustrato clínico, y un fundamento técnico “analógico”, que de hecho a mí me ha servido para adaptarme mejor a lo digital. Además, si de lo digital tengo que volver a lo analógico, lo hago sin problema, pero para el que solo conoce o domina la técnica digital, lo analógico es un mundo completamente desconocido”, concluye el doctor López Ordoño.
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