Cómo evitar los atracones después de los excesos de Navidad de una forma sana

Después del Día de Reyes acabó la Navidad, y con ella los excesos típicos de estas fechas. Entre comidas y cenas navideñas, los atracones de Nochebuena y Nochevieja, seguro que más de uno y más de una se han saltado la dieta. Desde luego, mantener un equilibrio saludable no ha sido la prioridad durante estas dos  semanas. 

No obstante, todo lo bueno acaba y es hora de volver a la rutina o- si alguien se lo ha propuesto- comenzar a cumplir con los propósitos del 2024. 

En las fechas posteriores a la Navidad es habitual sufrir momentos en los que un atracón de comida es la única solución al antojo que se presenta, una situación un tanto desagradable- en la posterioridad-, para la que los nutricionistas tienen la solución. 

Carolina Gónzalez del centro Conciencia Nutricional recomienda no hacer cambios muy drásticos en la forma de alimentación para evitar atracones incomodos. "Las personas normalmente se sienten muy mal después de las Navidades y pretenden 'castigarse' con ayunos muy duros, con cambios en la alimentación que son muy drásticos, lo cual genera más ansiedad lo que podría desembocar en una mala relación con la comida", explica la nutricionista. 

Pequeños cambios

Carolina Gónzalez insiste en introducir pequeños cambios en la dieta de forma progresiva. Por ejemplo, cambiar bebidas alcohólicas y refrescos por agua e infusiones, comidas más pesadas por otras más ligeras, introducir fruta y verduras frescas en las comidas, y lo más sorprendente no privarse de los platos favoritos. "Es muy importante mantener los cambios bruscos a raya. No hace falta negarnos a comer los preparados que más nos gustan, sino consumirlos de otra forma. En menos cantidades o de forma más espaciada, por ejemplo. Tenemos que comer lo que nos gusta, porque si de repente dejamos de hacerlo y nos alimentamos de cosas que no nos agradan, al final nos podrá el antojo por la ansiedad que nos crea esta situación y acabaremos dándonos un atracón de comida", incide la nutricionista. 

Además, Carolina Gónzalez destaca que la cena es la gran maltratada en estos tiempos y al igual que en el resto de las comidas también se debe ir introduciendo una serie de cambios que favorecen a la digestión. "Es recomendable introducir cremas y sopas en las cenas para así evitar el consumo de embutido, queso y pan", dice la de Conciencia Nutricional. 

Pero el secreto, según la nutricionista, está en marcar objetivos realistas y alcanzables. "En la consulta veo esa 'autoexigencia' que se traduce en alcanzar un peso determinado o un cuerpo que sea de tal forma. Adelgazar y compensar como forma de castigo. Estas actitudes pueden llegar a ser perjudiciales para la salud tanto mental como física. Y al igual que sucede con la comida- hay que marcarse unas metas realistas-, pasa lo mismo con el deporte. Por ejemplo, si tu agenda no te permite ir al gimnasio dos horas, cinco días a la semana, no pasa nada. Debes adaptar los tiempos a tu rutina porque de esta forma evitarás frustrarte porque no eres capaz de alcanzar tus propios objetivos", destaca.

Estrés

Por ello, Gónzalez ha dado la bienvenida al 2024 con una Newsletter que obtienen sus clientes al suscribirse en su web www.conciencianutricional.es, en la que propone una serie de objetivos con los que afrontar este nuevo año. Entre ellos, está la flexibilidad que plantea objetivos intermedios, debido a que las restricciones según la nutricionista, engordan. Así como también propone dejar de lado las elecciones alimentarias basadas en lo que engorda y lo que no. 

También hace especial hincapié en que hay que prestar atención al cuidado de otras áreas vitales, lo que al final se traduce en una salud emocional plena. "Meditar, pasear por la playa, estar en contacto con la naturaleza, respirar... todo ello contribuye a llevar un estilo de vida más saludable que incorpora buena alimentación, actividad física y descanso", recomienda Carolina Gónzalez. 

Con ello, la nutricionista pretende dar a conocer que el estrés generado en el día a día puede tener efectos negativos en la alimentación. "El estrés es uno de los detonantes de que no comamos bien" Además, cuenta haberse encontrado con casos en los que el estrés tenía una relación directa con una alimentación errónea, lo que al final resultaba en atracones de comida para tratar el estrés, y como consecuencia frustración ante la imposibilidad de conseguir los objetivos propuestos. 

"Hay que pararse a respirar. No hay que restringirse ni hacerlo todo perfecto. Todo se consigue a base de pequeños cambios", concluye Carolina González.