Tony Fernández
20:06 • 13 ene. 2024
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actualizado a las 20:07 • 13 ene. 2024
Si madrugas lo conoces. Si llegas a casa de madrugada, también. El camión de La Goleta te lo cruzas por toda Almería repartiendo leche a las cafeterías a los mandos de Paco Pérez Hernández, que se levanta cada día a las cuatro de la mañana para poner las calles de la ciudad. Va con una sonrisa y no sabemos si le cobran el café en la ‘Oporto’ o en el kiosco Luis Marín donde para a las seis y cuarto. Eso no se pregunta. Los panaderos son su compañía, solos en la madrugada, y pese a la dureza de su trabajo, Paco derrama su alegría cuando Almería duerme. No es el único. Son cuatro camiones los que reparten.
¿Cómo se metió a trabajar en La Goleta?
Yo estaba trabajando en la hostelería. Me enteré de que había una vacante en La Goleta y aquí llevo desde los años noventa.
¿Dónde están las vacas?
Por el Club Hípico y te garantizo que llevo el camión cargado de leche recién ordeñada. Nuestros clientes lo tiene muy claro.
¿Quién es Paco Pérez?
Yo nací en Uleila del Campo y me vine a Almería a trabajar. Vivo en la gloria en el barrio de Los Molinos y puedes poner que a todos los efectos me declaro un molinero de pro.
¿Qué le han dado en Los Molinos?
¿Te parece poco?. Son gente sencilla como nosotros, nos conocemos todos, y se vive de maravilla no hay nada más que pedir
Despierta a su mujer y a su hijo ya menos porque empieza muy temprano.
A las cuatro de la mañana suena el despertador y me tomo un café, solo uno, por lo de la tensión, y aunque me invitan muchos no puedo aceptarlos.
¿Cuándo aparca el camión hasta el día siguiente si Dios quiere?
Cuando termino con los pedidos voy recogiendo y me suelen dar las doce y media o la una de la tarde. Voy al tirón con el trabajo. Ese es mi día a día.
Si me lo permite vamos de ruta con el camión de La Goleta. Usted conduce.
Aquí uno sale con la leche fresca camino de la ciudad desde La Cañada con la radio puesta, y sabiendo que todo irá bien salvo que haya un accidente o el coche de la grúa este haciendo sus labores, y tardamos más.
¿El Oporto, el kiosko Luis Marín, el Roypa...?
Para mí son todos grandes clientes y nos conocemos de toda la vida, por ello el trato es familiar y me cuesta rechazar sus invitaciones por aquello de la tensión que con un solo café ya tengo bastante para la jornada.
Muy activo tiene aparcado el camión en la puerta del Roypa. No hay nadie salvo Paco haciendo el albarán y ha posado para LA VOZ.
Con una sonrisa, porque hay que darle gracias a Dios por tener trabajo y disfrutar de esos amigos de la madrugada que son los primeros, y como decimos nosotros, salimos cada día para poner las calles de la ciudad. Siempre se encuentra uno a alguien que madruga como yo, porque esta ciudad madruga mucho, mucho.
Me hablaba de accidentes de tráfico.
Y de muchos despistados que no se han acostado todavía y tenemos que llevar cuidado porque pasa cada cosa a estas horas que si yo te contara más...
Cuenta, cuenta, me tienes en ascuas.
Nooo. De eso no hablamos porque es lo triste de trabajar a esta hora, que te llevas algunos sustos de gente que van sin cuidado por la vida y luego pasa lo que pasa.
Seguimos. Dígame como ve a las 4 de la mañana la ciudad de Almería.
Preciosa, lo más grande que te puedo decir de mi ciudad es que hemos cambiado tanto en 30 años que ni nosotros mismos la conocemos.
Dame datos, Paco, dame datos y sorpréndeme.
Mira, hoy todo el mundo va a La Rambla y nadie se para a pensar lo que era antes. Tengo 56 años y nunca me podía imaginar aquel badén de los kioskillos o el La Gloria que hoy es el orgullo de todos los almerienses. Hay que darle valor a lo que hemos cambiado. Mucho.
Es que no nos queremos en esta tierra, Paco.
A mí me gusta Almería porque tenemos de todo y se vive de maravilla; por mucho que digan que está sucia. No lo entiendo, no la cambio por nada.
Mucho Almería pero en las vacaciones se quita de en medio para ir con la mujer a recorrer España.
Por eso te digo que Almería es lo más grande. Mi mujer y yo nos hemos cruzado el país entero y como en Almería no se vive en ningún lugar. No sabemos lo que tenemos. Somos muy afortunados en Almería.
¿No le gustaría montarse en un avión y dar la vuelta al mundo y recorrer otros países?
Primero España y luego lo demás. Tengo ganas de ir a Japón, China, y otros países pero eso vale mucho dinero y no me llega para tanto.
“Ha llegado a esta ciudad el camión del tapicero”... pero va en silencio por toda Almería sin la musiquilla de otros.
Afortunadamente. A mí me gusta más el camión de La Goleta. Llevo muchos años con él y no hago cuentas para la jubilación porque son muchos años juntos.
¿Cómo puede tener tan buen humor ahora que son las 6 de la mañana?
Mira, en el Roypa paso a esta hora y desde aquí para el centro. He estado en el kiosco Luis Marín y en el Oporto. No siempre es el mismo camino pero casi. Y lo del humor es que soy como me ves siempre.
Los niños de mi época siempre teníamos hambre. ¿Qué quería ser de mayor?
No conocía el camión de La Goleta pero me va bien. Para mí lo importante era tener un trabajo, y lo tengo.
Algo de la empresa para que le suban el sueldo...
¿Te parece poco todo lo que he dicho de La Goleta?. Estoy muy contento con ellos y no me arrepiento de nada.
Una alegría conocerle.
Lo mismo digo. Cuando te vea te tocaré el silbato y nos saludaremos cada mañana porque tú sí que madrugas para atender a los oyentes de la Cadena SER.
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