Los compradores de las plazas de aparcamiento de la calle Arráez y los representantes de la empresa municipal de la vivienda mantuvieron este jueves un primer acercamiento para tratar poner en claro si hay solución para las reclamaciones existentes tras la finalización de las obras. Con presencia de casi una veintena de propietarios, una representación de Almería XXI y la propia consejera delegada de la empresa municipal, Eloísa Cabrera, los intervinientes dejaron clara su “decepción” con respecto a la calidad y los acabados de esta construcción mientras que desde la promotora se ciñeron en todo momento a que se habían ceñido al proyecto.
A pesar de esto, reconocieron desde Almería XXI que había fallos en la construcción que habían comenzado a solventarse gracias a las comunicaciones que individualmente realizaron aquellos compradores que sí habían firmado la escritura de la plaza de aparcamiento. Así, se comprometieron a que algunos problemas fácilmente subsanables como puertas de trastero sin anclajes, escalones con alturas de hasta cuatro centímetros de diferencia o grandes huecos entre ladrillo y ladrillo, suciedad, puertas que se sueltan o que están mal selladas, o puertas de emergencia que chocan con otras, se resolverían en los próximos días.
Con respecto a las peticiones más importantes que hasta ahora habían realizado desde la plataforma, véase la necesidad de enfoscar al menos los trasteros, cubrir los patios para evitar riesgos de inundación del sótano o la mejora de la accesibilidad del aparcamiento, desde la empresa municipal se les comunicó que todo se había ejecutado según proyecto por lo que no hay intención de ejecutar cambio alguno.
Otro de los puntos de conflicto ha sido la imposibilidad con la que han contado los compradores que han intentado subrogarse a la hipoteca ofrecida en su día en el contrato con la promotora pública, ante esta situación de compleja solución administrativa, el compromiso fue tratar de ayudar de forma individualizada.
Con estos mimbres los vecinos del Casco Histórico que han adquirido estas plazas de aparcamiento y trasteros no tendrían, según las opciones dadas por el Consistorio, más opción que decidir si proceden a la firma de la escritura u optan por solicitar que la devolución del dinero que han pagado hasta ahora.
El edificio concebido como aparcamiento para residentes en el centro de la ciudad con el fin de colaborar con unos vecinos que se encuentran con cada vez menos plazas en las calles cada vez más peatonalizadas en pro de hacerlas más amables y paseables, y con una oferta muy mermada de garajes para poder alquilar o comprar, no ha sido el éxito que se esperaba.
Cabe recordar que la construcción de este parking ha supuesto una inversión de 1,2 millones de euros para levantar sesenta y tres plazas de aparcamiento para vehículos - dos de ellas destinadas a personas con discapacidad - y veintidós trasteros, repartidos en seis plantas. El día de la recepción de esta instalación el arquitecto de este espacio explicaba que “se había utilizado un material que garantizaba el aislamiento y que necesita poco mantenimiento: la termoarcilla. Un material realizado con arcilla de Alhabia”. Este acabado no ha convencido a los propietarios que están convencidos que están ante un ladrillo de obra y reclaman desde la primera visita a este espacio, que se enfosquen los muros, principalmente en los trasteros.
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