“El cielo de Los Filabres es diferente por la enorme cantidad de estrellas“

Arriba, a 2.168 metros de altitud, hay una pequeña ciudad. Hay un zorro que sestea. Casi una mascota. Hay construcciones blancas que albergan grandes ojos. Hay, a veces, nieve. Y, a veces, ciclistas. Pero lo que siempre hay, desde 1973, son un buen puñado de astrónomos –y algunas mujeres: pocas aún- que observan galaxias y cazan planetas. Entre 2016 y 2020 han hecho 20.000 observaciones de 262 estrellas frías cercanas. Cada exoplaneta, hasta 59 descubiertos, es un desafío. Se llama Cármenes. Algunos podrían ser habitables, pero queda por saber si hay por ahí alguna bacteria aburrida con ganas de ver la Champions. Cafeteamos (...) con Jorge Iglesias, jefe de Astronomía del Calar Alto. Un gusto que nos representen. 50 años no son nada.

Gliese 486b fue descubierto por Cármenes, entre otros instrumentos, en 2021. Dicen que es el quinto planeta terrestre mejor estudiado.

Orgullo de observatorio.

1995. Se descubre el primer planeta fuera de nuestro sistema solar. Van ya cerca de 5000. ¿Asombra?

Asombra saber que todo esto es después de haber sondeado solo una pequeña parte de la vecindad solar.

¿Cómo es la liturgia de la observación?

Comienza por la mañana con la preparación de las observaciones y de los telescopios. Termina durante toda la noche, ejecutando lo que se ha preparado durante el día. Servicio 24 horas.

Estudian la luz, las líneas espectrales, las órbitas. ¿Cómo se caza un exoplaneta?

Midiendo el ligerísimo tirón gravitatorio que le produce a la estrella alrededor de la cual orbita.

La mayoría no se pueden ver directamente. ¿Cuánta gente participa en el proceso de confirmación o descarte?

Se trata de un trabajo en equipo donde participan del orden de 100 personas de varias instituciones.

Una docena de exoplanetas podrían ser habitables. ¿Cuánto tiempo debemos esperar para conocer si puede haber vida ahí fuera?

¿Si puede haberla, o si la hay? No es lo mismo.

Si la hay, claro. Acabo de saber qué es una biofirma. ¿Qué aportan los gases para saber si hay o no posibilidades de vida?

Pueden templar la temperatura de un planeta situado muy lejos de su estrella, que no es poco.

He leído que en la Vía Láctea hay estrellas tan primitivas como el Universo. ¿No todas mueren?

La teoría nos dice que las estrellas menos masivas que el sol pueden durar un tiempo mayor que la edad actual del universo, así que...

¿Es tentador pensar que no estamos solos?

Tan tentador como pensar que sí lo estamos. Todo tiene su punto, ¿no te parece?

Igual esa vida es bacteriana. Muy aburrida.

Para biólogas y biólogos seguro que no es aburrida. Y tampoco para las bacterias.

¿Está bien visto entre los científicos la búsqueda de vida inteligente?

¿Por qué no iba a estarlo?

Pero se puede decir que los humanos somos hijos de las estrellas. Vamos, extraterrestres.

Efectivamente, las estrellas son los hornos donde se generan los elementos químicos de que estamos hechos.

Observar parece una mezcla de oración contemplativa y meditación. ¿A qué sabe?

A las seis de la mañana sabe a ganas de cama calentita.

Me pregunto por qué hay algo cuando podría haber nada.

¿Y qué te respondes?

Conocemos solo el cinco por ciento del universo. ¿No invita eso a ser bastante prudentes?

Eso, y muchas otras cosas, nos invitan a la prudencia, una virtud muy saludable.

Hay infinitamente más oscuridad que luz: la energía oscura. ¿Le intriga eso?

Así parece que es el Universo, muy poquita materia que vemos y conocemos bien; y lo hemos aprendido hace no tanto.

Cogemos un telescopio casero. Detectamos una nebulosa. ¿Por qué se ve gris si igual es roja?

Porque no brilla lo suficiente como para que se activen las células de nuestro ojo que permiten apreciarlos colores.

Qué curioso. Al mirar al cielo, en realidad miramos al pasado.

Sí, porque la luz que emiten los cuerpos celestes tarda en llegar hasta nosotros tanto más tiempo cuanto más lejos de nosotros están.

Todo oscuro y el hidrógeno, bailando. Muy poético el Universo.

Mucho. También Neruda: “¡Qué hambre de saber cuántas estrellas tiene el cielo!”

Que dejemos los excrementos de las mascotas se lleva mal. Pero la basura espacial…

Muy buena comparación. Debería haber una normativa espacial basada en la que concierne a las mascotas en la vía pública.

¿Qué hace diferente al cielo de los Filabres?

La enorme cantidad de estrellas que se pueden ver a ojo, entre otras cosas.

¿Es cierto que el 70 por ciento de las noches son útiles para observar?

Sí, ese es el porcentaje aproximado que manejamos.

¿Cómo se puede proteger el cielo de la contaminación lumínica?

“Apaga tus luces… y verás” (U. Thiele, documental ‘El Calar Alto’, 2012).

50 años de historia del Calar Alto. El 2023, ¿muy especial?

Más que especial, intenso. Es que 50 años dan para mucho.

Ha dicho por ahí que aquello es una pequeña ciudad. ¿Cómo se vive?

Pues eso, como en una ciudad pequeña. Por ponerte dos ejemplos: en Calar Alto no hay semáforos ni equipo de fútbol en primera.

¿Qué hacen en su tiempo libre?

Cada quien con su tema favorito, lo normal.

¿De qué hablan cuando no hablan de ciencia?

Hablamos de otras muchas cosas, como en cualquier grupo humano.

¿Cuál es el momento del día en el que Jorge se encuentra?

Ninguno, porque ese momento ocurre siempre por la noche.

Trabajan ahora en proyectos sobre exoplanetas. No es en lo único…

No. Llevamos adelante también una gran variedad de proyectos diferentes, y parece que deberíamos publicitarlos más.

¿Tendremos pronto nuevos instrumentos?

En ello estamos inmersos ahora, siempre intentando estar siempre a la última en cuanto a desarrollos tecnológicos más punteros.

A todo esto… ¿saca tiempo para publicar?

Con cierta dificultad, pero sí.

¿Cuándo y en qué lugar descubre Jorge que quiere ser astrónomo?

¿Te puedes creer que no lo recuerdo?

Deja el telescopio, ahora le toca hacer la compra. ¿Duele el cambio de chip?

A la hora de pagar, duele el cambio al chip de la tarjeta de crédito. Con estos precios...

Me despido. Llega Tarsis, que permitirá estudiar más galaxias. ¿Su hijo predilecto?

Tarsis es todavía un embrión que se convertirá en un hijo muy querido.