Las consultas realizadas a los economistas almerienses muestran que el índice de confianza entre ellos ha iniciado una tímida recuperación pero según los autores del Barómetro de Situación Económica del Colegio de Economistas de Almería, esas dudas contrastan en buena medida con los frios datos, que hablan de una mejora de la situación provincial.
Hay que recurrir a los balances oficiales que se derivan de registros y juzgados para comprobar que la provincia cerró el último año con un incremento del 10,6 en el capítulo de constitución de empresas. Un dato importante si se suma al que indica que el número de concursos de acreedores descendía en ese último año en cerca de un treinta por ciento. En ambos casos porcentajes inferiores a la media española y andaluza, según recoge el Radar Empresarial de Concursos de Acreedores y Demografía Empresarial.
Brotes verdes
Pero la cuestión es que los indicadores más utilizados reflejan que la economía almeriense goza de mejor salud que de buenas valoraciones porque al recurrir a capítulos como el del empleo, el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB), las exportaciones, los resultados del sector hortofrutícola, los del sector del mármol o los del turismo, hay razones para mostrar una mayor confianza.
Como ejemplo el comportamiento del mercado laboral que en Almería ha experimentado un cambio de rumbo notable desde la aprobación de la Reforma Laboral que ha permitido que en el último año el nivel de contratación indefinida se haya disparado y los contratos fijos superan ya nítidamente a los temporales, dejando atrás uno de los déficits clásicos del mercado de trabajo provincial.
Un ejemplo de ese cambio se produce en el sector agroalimentario y especialmente en las explotaciones agrarias en el que, según organizaciones como la Coordinadora de Asociaciones de Agricultores y Ganaderos, el porcentaje de contratos indefinidos se sitúa ya en el entorno del 90 por ciento, explica el secretario provincias de esta organización, Andrés Góngora Belmonte.
En este inicio del año, y en base a los datos del mercado laboral en enero, la tendencia en materia de empleo y para señala una mejora notable de la situación con respecto al mismo mes del año pasado pero, sobre todo, arroja datos que nos retrotraen a periodos anteriores a la famosa ‘crisis del ladrillo’, allá por el año 2007. Hoy hay más personas trabajando y los índices de afiliación a la Seguridad Social, muy cerca de 327.000 personas es, según el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), la segunda más alta registrada en Almería en su historia.
Lo que viene
Más razones para la esperanza son las que llegan de la mano de la inflación o de los tipos de interés. En cuanto a la variable del Índice de Precios de Consumo, el Barómetro del Colegio de Economistas calcula que pasará del 3,7 por ciento de 2023 a un 1.8 por ciento este año, moderando la tendencia del último ejercicio de forma notable.
Se espera, por otra parte, que los mercados financieros también vivan un año en positivo para los almerienses y españoles en general porque las estimaciones apuntan a que el principal índice de referencia para créditos e hipotecas inicie un progresivo descenso, aliviando en buena medida las economías domésticas.
Este 2024 será muy parecido al año pasado en cuanto al Producto Interior Bruto de la provincia que, según los economistas, se moverá en un nivel de crecimiento del 1,7 por ciento, similar al del año pasado, lo que puede arrastrar al índice de paro a niveles anteriores a la crisis.
Por sectores la mayor valoración es para el sector de la piedra natural, seguido del turismo, la agricultura y su industria auxiliar.
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