Las migas de Don Bosco hacen barrio

Al pasear por el barrio de Los Molinos se alberga la sensación de haber entrado en un pueblo integrado en la capital pero al mismo al margen de esta. Un núcleo urbano que desde que empezó a poblarse articuló una activa vida social y deportiva autogestionada por sus gentes que se concentraban en los foros del barrio para idear y llevar a cabo las iniciativas que movilizarían al barrio a través de los años.

La historia del barrio se manifiesta a través de la iglesia, la antigua escuela, la capilla de San Antonio o el Centro Social, en cuya fachada luce el emblemático molino en relieve que el maestro Paco Navarro fraguó en sus paredes. En todos estos escenarios se han escrito el devenir de sus vecinos, pero existe otro punto en Los Molinos, cuyo atractivo y misterio le otorgan un halo de misticismo, la casa de Don Bosco, un foco de actividades culturales, recogimiento y vida.

Ha sido en este lugar donde ayer se congregaron cientos de vecinos de Los Molinos para disfrutar de una jornada de migas y convivencia, un evento organizado por la Asociación María Auxiliadora y en el que han colaborado el Centro Social Los Molinos, la A.VV. San Antonio de los Molinos y la Hermandad de la Macarena.

Este tradicional encuentro que cumple más de 30 años conmemora la fecha de fallecimiento del santo italiano San Juan Bosco, fundador de la congregación salesiana a la que está vinculada esta villa molinera.

El acto vecinal comenzó entorno a la 13:00h. Las avezadas cocineras repartieron a diestro y siniestro platos de migas con guarnición y de arroz a las grandes filas de asistentes que se aglomeraban en las barras.