Hecho de tapial y madera, en dos círculos concéntricos, con accesibilidad universal e integrado con el paisaje, así será el Centro de Interpretación que la Junta de Andalucía va a levantar en Los Millares. Lo hará con un diseño realizado por Fresneda & Zamora Arquitectura. Una obra cuya ejecución está previsto que suponga una inversión cercana a los 2,4 millones de euros, y que para el aún delegado de Cultura y recién nombrado secretario general de Cultura, José Ángel Vélez, demuestra “la apuesta decidida de la Junta por Los Millares. Algo necesario y que va a situar a este enclave como uno de los espacios más importantes de la comunidad”.
Recuerda Vélez que “junto al Proyecto General de Investigación (PGI ), esta obra confirma la clara apuesta que está haciendo Junta por recuperar y engrandecer nuestro patrimonio. Algo que en nuestra provincia ha tardado en llegar”.
Este nuevo centro que se va a levantar en la primera ciudad de la Península Ibérica aprovechará el espacio de aparcamiento actual, que alcanzará las 56 plazas estando dos de ellas adaptadas para personas con movilidad reducida, además de contar con espacio suficiente para que los autobuses puedan maniobrar.
El edificio se establece como un espacio circular, intentando simular a un fortín. Tiene en su interior un patio central que hace las veces de plaza y jardín ya que cuenta con vegetación que permite que haya sombras. Precisamente por esto se propone el ubicar también aquí la zona de merendero.
Lo cierto es que este espacio se entiende como un lugar idóneo para la realización de actividades formativas, de entretenimiento e incluso de observación astronómica al aire libre.
El interior
El acceso principal al centro de interpretación se realiza a través de uno de los tres porches del centro, exactamente el que está más cercano al aparcamiento y a la zona de interpretación. Hay que tener en cuenta que estos porches son una especie de vacíos en el edificio que están cubiertos, al abrigo del sol y las inclemencias del tiempo.
Una galería circular sirve para conectar todos los espacios interiores.
Lo cierto es que todo se organiza en tres sectores diferenciados teniendo en cuenta los usos que se van a dar. Así, por un lado, se encuentran los usos ‘privados’ del personal que trabaja en el yacimiento y zonas públicas que también usan ellos, se trata de la cafetería y el auditorio. Este sector se ubica en la zona oeste del edificio.
En la zona este se recoge el punto de control, la tienda, la consigna y aseos. Y es que aquí se vuelcan todos los servicios para la recepción de visitantes.
El tercer bloque es independiente, ya que se prevé que pueda “funcionar en horarios o fechas diferentes al resto del centro”. Aquí se ubicará una sala de exposiciones con espacio para la colección permanente así como exposiciones temporales.
Sin lugar a dudas, uno de los puntos fundamentales de este proyecto pasa por la integración de este centro de interpretación en el entorno en el que se ubicará. Hay que tener en cuenta que se sitúa en un espacio vacío, es decir, que no hay más construcciones de este porte y que, además, no debe eclipsar al resto del yacimiento arqueológico.
Teniendo en cuenta esto, se ha buscado para su realización materiales “propios del lugar”. Así, se apuesta por el uso de tierra y madera, apostando por tapiales. Recoge el proyecto, para que sea éste el modelo constructivo, es necesario que los muros sean de un espesor importante.
Explica que “el proceso de construcción de estos muros continuos consiste en la formación del encofrado, el tapial. A veces se realizan directamente sobre el terreno o sobre una base de piedra. En este caso el tapial se realiza sobre la cimentación perimetral de hormigón armado”. Todo para que se adecue al espacio.
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