El palaciego edificio de la Plaza Marín, sede del antiguo Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Almería, avanza las obras para convertirse antes del verano en un residencial de cuatro viviendas de lujo con un mirador y bajo comercial. Esta obra, proyectada por el arquitecto Trinidad Cuartara e inaugurada en 1911, conservará por su nivel de protección toda la fachada exterior de piedra y contará con una vista privilegiada a la Alcazaba, Cerro de San Cristóbal y muralla de Jairán. Las cuatro casas, de 135 metros cada una, han sido ya vendidas a un precio que supera los 200.000 euros. La gestión del proyecto la ha llevado el estudio de arquitectura Lux, con sede en la calle Martínez Campos y ha estado dirigido por Eduardo Fernández, respetando el lucernario de la escalera que está catalogada y recuperando las vidrieras con el escudo de la ciudad. El proyecto conserva también la cerrajería ornamental, la solería hidráulica y las grandes puertas labradas. El señorial inmueble, ahora con una malla exterior, que se abre a la calle Covadonga, Navarro Darax y a la antigua Plaza de El Monte, es propiedad de la familia González Miranda, quien hace ya siete años la puso a la venta para edificar, mediante régimen de cooperativa.
Aunque en el frontispicio del edificio está grabada en piedra la fecha de 1900 como el momento en el que comenzó su actividad el Monte de Piedad, en realidad se inauguró como nueva sede de la Caja en 1911 con la bendición del obispo Vicente Casanova. Bajo la fecha también aparecen los nombres de los impulsores de esta benéfica institución en Almería: el obispo Santos zárate y su provisor Ruiz de Velasco. La cronología de este caserón en pleno centro de la ciudad antigua, está ligada a la historia del Montepío almeriense que comienza en 1876 cuando el obispo José María Orberá llegó a la Diócesis y se apoyó en la acaudalada Francisca Giménez Delgado, viuda de Acilú para comenzar su obra pía. La viuda lega 13.000 duros para crear el Monte de Piedad en 1878, pero no se hace realidad hasta 1900, con Orberá ya fallecido y con el impulso de los directores Ruiz de Velasco primero y Navarro Darax después.
La primera sede estuvo donde aún está el Montepío pero se quedó pronto pequeña y en 1909 se acordó comprar unas casas para derribarlas y hacer el edifico sura, contiguas a la Plaza Marín, que se derribaron para construir en el solar resultante el nuevo edificio que ahora se convierte en residencial.
Sede farmacéuticos e imprenta
Tras mantenerse durante décadas como sede de la Caja de Ahorros y casa de empeños, con depósitos de máquinas de coser, alhajas, sala de la ropa y subastas, salón de juntas y oficina, el edificio pasó a convertirse con los años en sede de la Hermandad de Farmacéuticos, dirigida por Joaquín Miranda Soriano, que terminó comprando el lustroso edificio.
Tras el traslado de la Hermandad a la Avenida de la Estación, el palacete fue sede del Colegio de Farmacéuticos y de los visitadores médicos. En el bajo, en los años 70, se ubicó la imprenta Cervantes y reclamos publicitarios Estrella, de Juan Estrella Elena, hasta hace unos doce años que cerró. Desde que dejó de funcionar el Centro Cinematográfico, la Plaza Marín o del Monte perdió fuelle, solo animada por la batahola de los empeños de joyas, relojes o o colchones en el Montepío que aún existe construido por En roque Alemán, casi lindando con la calle Hernán Cortés, que desemboca en la calle Las Tiendas. El futuro de ese espacio pasa ahora por el nuevo edificio municipal de Urbanismo que está en obras. Mientras tanto, reina el silencio bajo los árboles de Indias con algunos jubilados que se sientan en los bancos a recibir el sol de la mañana.
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