El 30% de los españoles ha tenido prejuicios o rechazo hacia las personas con obesidad. Uno de cada cuatro no votaría a un político con sobrepeso. Siete de cada diez no se enamorarían de una persona gorda. Los datos de una reciente encuesta de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo) evidencian que la opresión sigue latente. Aunque la OMS dice que el sobrepeso es la epidemia del siglo XXI, tras la gordofobia se esconde una alcoba de bullyng, estigmas, silencios. Este lunes es el Día Internacional contra la Gordofobia.Tomamos un café con Ana Isabel Almécija, presidenta de la asociación almeriense Gigantes.
Gigantes. ¿Qué hay tras esa sonoridad?
Personas que han sufrido todo tipo de cosas por el simple hecho de tener sobrepeso u obesidad y que se han propuesto cambiar la situación.
¿La violencia estética es un síntoma de uniformidad?
Es el síntoma de una sociedad consumista que necesita que las personas estén descontentas consigo mismas para consumir dietas, cremas, pastillas adelgazantes...
Opresión cultural...
Es un problema transversal. Es opresión social, emocional y psicológica.
Gordo es un adjetivo más. ¿Por qué se usa para señalar?
Porque desde pequeñas y pequeños se nos enseña que es un insulto. Cuando trabajaba en una guardería, una niña me dijo que yo estaba gorda y su madre le regañó. En el momento en que su madre censura la palabra, está enseñando que es algo malo.
El acoso escolar es muy grave. ¿Muchos casos en Almería?
Sí, un alto porcentaje de la población adolescente de Almería que ha acudido a mi consulta ha sido insultada de esta manera, e incluso en ocasiones más severas se ha derivado de esto un trastorno de la conducta alimentaria.
Y la salud mental...
El rechazo de la sociedad, la no aceptación de la diversidad corporal, hace estragos en la salud mental.
A veces, damos consejos a familiares con kilos de más. Y con buenas intenciones.
Debemos aprender a no opinar sobre los cuerpos de las demás personas. Da igual la intención. No sabes qué se va a derivar de ese comentario por muy inocente que creas que es.
Se quejan de que toda solución médica pasa por una dieta.
Teniendo en cuenta que el sobrepeso y la obesidad son consecuencias de mútiples factores de la vida de una persona, reducir la solución a hacer dieta es, en realidad, demasiado simplista.
Pero la OMS dice que es un gran factor de riesgo.
Sí, como otras muchas características y circunstancias de la persona y no por ello se aprovechan para ridiculizar y humillar a ésta. No veo a la sociedad burlándose de una persona que fuma, ni una persona que está bebiendo alcohol está tan mal vista como una con obesidad que está comiéndose una hamburguesa.
¿Ha visto discriminación laboral?
No sólo la he visto, la he sufrido en mi propia piel. Da igual tu capacidad. En sitios en los quedebes estar de cara al público, siempre piden “buena presencia” y eso significa tener un cuerpo normativo.
Están fuera del círculo del deseo.
Sí, tanto en series como películas y en la literatura se han encargado de hacer que las personas con obesidad y con sobrepeso no sean deseables. Es impensable en esta sociedad una persona con obesidad deseable.
La gordura en el cine ha sido una herramienta cómica.
No sólo cómica, sino de ridículo y burla.
Están infrarrepresentados: moda, cine, tv.
También mal representados. Somos personas normales, con cualidades normales, con belleza, capacidad y deseables. No veo eso representado.
Eso de “Aquí no hay ropa para ti”...
Sí, antes era más habitual. Yo recuerdo siendo adolescente tener que viajar a Almería desde Motril, de donde yo soy, para poder comprarme ropa. Ahora no es tan así. Hay marcas que apuestan por tallas más adaptadas a las personas actuales.
Me impactó la peli ‘La ballena’. Ese profe obeso, solitario, que busca el amor de su hija.
Lo único que hace es mantener y acrecentar los prejuicios que ya existen en torno al sobrepeso y la obesidad.
Se habla de machismo corporal, pero también hay fobia hacia el hombre pasado de peso. ¿Influye el género?
Hay diferencias. Claro que un hombre con obesidad es discriminado, pero quizás la sociedad es más indulgente con el sobrepeso de un hombre que con el de una mujer. Ésta es más castigada y repudiada que el hombre. Solo hace falta recordar el término “fofisano” (en los famosos).
Lo del capitalismo corporal...
Sí. Hay una gran industria que se lucra con los problemas de autoestima que se generan a las personas con sobrepeso y obesidad.
Pero esta opresión de la imagen es transversal: altura, arrugas, calvicie...
Creo que hay grados y que, si miramos los casos de manera individual, todos sienten opresión de su imagen corporal; pero, en términos de porcentajes, el factor sobrepeso y obesidad es un claro determinante para sufrir mayor opresión.
¿Hasta qué punto somos culpables los medios?
Tenéis un alto grado de responsabilidad. Sois responsables de normalizar todo tipo de cuerpos y ése sería un gran paso. En lugar de eso, se sigue premiando la delgadez y ofertando productos disparatados para, en muchos casos, perder la salud buscando un cuerpo normativo.
Michelle Rodríguez: “Habito en un cuerpo grande (...). Mi cuerpo no es una batalla”.
Es necesario normalizar todo tipo de cuerpos y enseñar a aceptar la diversidad de éstos. En el centro de psicología Terapitea, en donde tenemos la sede de la asociación y trabajamos desde esta perspectiva, tratamos de hacer ver a la sociedad que todos los cuerpos son válidos.
¿Comparte el movimiento body positive? Eso de empoderar...
Sí, lo que pretende es que las personas acepten su cuerpo, que entiendan que pueden luchar por sus objetivos amándose. El empoderamiento es necesario en todos los ámbitos.
Cuerpos delgados versus cuerpos gruesos. ¿Cosificación?
No es cuestión de cosificación. Yo entiendo esto como la necesidad de la sociedad de enfrentar a las personas con diferentes corporalidades. Creo que es necesario dejar esta clasificación y hablar simplemente de cuerpos. Sin género ni tamaño.
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