En el día de hoy, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial dirigió el proceso contra Enrique R. y Francisco R. por un presunto delito de venta de drogas, por el cual la Fiscalía ha solicitado penas de prisión de 8 años y 4 años y siete meses, respectivamente.
Según los hechos juzgados, Enrique R. y Francisco R. estarían presuntamente vinculados a un domicilio situado en la calle Resaca nº 12, el cual, según las vigilancias policiales, sería un punto de venta de cocaína y hachís. El Ministerio Fiscal y la acusación consideran a Enrique como el supuesto responsable del negocio ilícito y a Francisco como un colaborador.
El principal acusado explicó a la sala que la vivienda de Resaca nº12 la tiene alquilada, y su uso se limita a "estar con sus amigos, así como con su familia". De la misma manera, cuando fue preguntado por la relación que lo vincula a Francisco R., el acusado explicó que ambos se conocen de la convivencia vecinal. Además, el otro imputado en el proceso, que trabaja en una tienda de ultramarinos regentada por sus padres, se dedica a realizar portes a domicilio de la mercadería comprada en la pequeña tienda. Concretamente, a Enrique R. le habría llevado "paninis y refrescos" al inmueble de Resaca 12.
Problemas de adicción
Cuando la Policía Nacional entró en el domicilio para realizar un registro, encontraron en la casa cocaína, hachís y una balanza de precisión. Ante este escenario, Enrique alegó que en esos tiempos habría sido consumidor y que los estupefacientes encontrados responden a esa adicción. Sin embargo, las cantidades halladas en el domicilio durante el registro hicieron que el fiscal se cuestionara si eran para consumo propio, y quiso profundizar si "95 gramos de cocaína y 95 de hachís" eran propiedad de Enrique. Ante esta pregunta, el acusado respondió que alguna vez vendía a amigos para poder pagarse las sustancias que consumía. No obstante, tal y como sostuvo su defensa, el letrado Aranda, "nunca le encontraron en posesión de drogas, ni siquiera en el registro de su domicilio particular".
Enrique R. fue interceptado el 17 de febrero de 2021 a la salida de su casa, localizada en la calle Barquillo por efectivos policiales. La Policía Nacional, después de la investigación efectuada mediante dispositivos de vigilancia, entró en la casa de Enrique R. y encontró un arma de fuego. Fue el propio acusado, que "en todo momento colaboró con la policía", según expresó su abogado, quien informaría a los agentes de la existencia y localización de la pistola 9mm. "La tenía por seguridad y miedo, ya que años antes mataron a mi sobrino", explicaría el hombre al fiscal.
Los agentes que acudieron como testigos a la Audiencia Provincial explicaron que Enrique R. los acompañó al domicilio de Resaca, 12 y les abrió la puerta principal. Una vez dentro, encontraron un descansillo separado del domicilio con una reja, donde se sospecha que sería el lugar donde se realizaban las transacciones. En el interior de la vivienda, no existía nada que indicara que alguien habitara en la casa. "Solo una cocina con muebles y un sofá", explicó uno de los agentes que participó en el registro.
Portes a domicilio de suministros
Las vigilancias policiales situarían a Francisco R. en el domicilio de Resaca 12, "abriendo el inmueble con una llave" en compañía de una tercera persona. Esta acusación ha sido negada por el hombre, quien sostuvo que las únicas veces que ha entrado en ese domicilio sería para realizar los portes a domicilio de la tienda donde trabajaba. Su abogado defensor, Martínez Molina, explicó a la sala que su cliente se encontraba trabajando en un cortijo en el momento de la detención y registro, y que cuando tuvo constancia de que la policía lo estaba buscando se presentó voluntariamente en comisaría. Asimismo, el abogado sostuvo que el domicilio de Resaca 12 no está registrado de ninguna manera a Francisco R., ni existía ningún tipo de ropa o enseres que vincularan a su cliente a esa vivienda.
Uno de los agentes explicaría que esa casa ya sería conocida para ellos, puesto que habría sido destapada como punto de venta de droga en otras actuaciones policiales. Los testimonios policiales sitúan a Francisco R. junto con otra persona en Resaca 12, incluso "abriendo la casa con una llave", sin embargo, tal y como ha señalado su abogado, se encuentran contradicciones en el tiempo en el que el acusado estuvo en la vivienda. "Usted dice una hora y sus compañeros dijeron 'escasos minutos'".
Llegado el punto de elevar el proceso a definitivas, el Fiscal ha encontrado acreditado el testimonio de los agentes que alegan que el inmueble servía como punto de venta de droga, así como que el acusado Enrique R. pasaba tiempo allí con sus amigos, incluso vendía a terceros, tal y como deslizó el acusado en su propio testimonio. Asimismo, el Fiscal también encuentra probado que existe un pinchazo del tendido eléctrico en la vivienda, lo que supondría un delito defraudativo del fluido eléctrico. Por estos delitos, sumado al hallazgo de un arma de fuego sin licencia en el domicilio del acusado, la Fiscalía ha mantenido una solicitud de pena de 8 años.
Respecto a Francisco R., la Fiscalía considera que existe un delito de tráfico ilícito de drogas, además de fraude a la compañía eléctrica, considerando que ha quedado acreditado que este acusado frecuentaba la vivienda ya que "entraba y salía por el trabajo de llevar suministros de la tienda", además de tener acceso a esta mediante llave, "teniendo la misma disposición que el otro acusado para entrar a la vivienda". Además, el fiscal ha dado crédito a las pruebas testificales dadas por los agentes de policía quienes sitúan a Francisco R. "acompañando a otras personas" a Resaca, 12. El juicio ha quedado visto para sentencia.
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