No se acuerda por qué esta siendo juzgado por allanamiento y agresión sexual

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial ha dirigido la primera sesión del juicio abierto contra un hombre acusado presuntamente de haber agredido sexualmente a una menor de edad y allanamiento de morada.

El proceso comenzó a primer ahora de la mañana al constituirse el jurado de nueve personas que evaluarán si el acusado es autor responsable de los hechos que se le imputan. Tras un tiempo de receso, se iniciaba la vista oral con la intervención del Ministerio Fiscal quien daba a la enhorabuena al los miembros del jurado por "participar" de manera directa de la justicia. Asimismo, el fiscal les explicó que su responsabilidad no se base en el entendimiento del contexto jurídico, sino atender a la naturaleza de los hechos justiciables y a las pruebas testimoniales y periciales de los mismos.

En esta primera sesión se sometió a evaluación el testimonio de Ibrahim O., presunto autor de una delito de allanamiento de morada, y de agresión sexual (en grado de tentativa) a una menor de edad. Delitos por los cuales el Ministerio Fiscal solicita sendas penas de 2 y 3 años respectivamente. Además de una orden de alejamiento de la joven de 500 metros y una indemnización de 5.000 euros en materia de reparación de daños.

Según consta en los hechos, el 15 de mayo de 2023, Ibrahim O. habría entrado en una vivienda a través de una claraboya situada en la azotea de un edificio de la localidad de La Mojonera. Una vez dentro del inmueble se habría colado en el dormitorio de una chica de dieciséis años, a la que encontraría tendida en su cama, y a la que le habría bajado los pantalones. A tenor de este episodio la menor esgrimiría un grito que alertó a sus progenitores que, encontraron al acusado cerca de la puerta de salida del piso.

Aunque no hubo penetración vaginal o anal, el fiscal señaló al jurado que una acción así, a pesar de no haber existido daño físico, no significa que "no haya un daño moral" a la menor. "Se va a valorar cual fue la intención". Por otra parte, la defensa de Ibrahim O. sostenida por el abogado Rafael Torres, quiso hacer ver al jurado que, deberían considerar que al no haber existido violación, no se deberían juzgar esos hechos. No obstante, la defensa reconoció por completo el delito de allanamiento.

Por otra parte, la acusación no se presentó a la vista oral, algo que llamó la atención de la defensa del acusado.

Tres gramos de cocaína, seis litros de cerveza y una broma

El fiscal quiso saber que motivó al acusado a destrozar una claraboya de un edificio y deslizarse por un cableado hasta acceder al interior de la vivienda. Ibrahim O. indicó que el vive en una habitación situada en el tejado del bloque, y esa noche se encontraba "muy borracho" ya que había acudido a un salón de juegos donde había consumido alcohol y "cocaína". La revelación del uso de drogas llamó la atención del fiscal, al no estar reflejada en la instrucción previa. El acusado continuó su declaración alegando que una vez en la azotea, recibió la llamada de otras 2 personas del salón de juegos  que tuvieron acceso a la azotea para continuar bebiendo y esnifando cocaína. "No recuerdo bien, bebimos 6 litros de cerveza y nos metimos 3 gramos de cocaína".

"Entré porque estábamos bromeando sobre robar en casas" explicaba Ibrahim O. que también señaló que una vez que se hallaba dentro del municipio se arrepintió y buscó con urgencia la salida y "la primera puerta por la que entró era la de la chica". Según el auto, la joven habría estado estudiando hasta las 02:00 horas y se habría acostado. De acuerdo con la versión del acusado, la chica estaba despierta con una lamparita encendida quien, tras verlo en la estancia habría empezado a gritar. No dando pie a que existiera la posibilidad de una posible agresión sexual.

Recuerda entrar pero contradice al salir

Las preguntas del fiscal eran respondidas con lagunas mentales, según el acusado, producto de la borrachera. Sin embargo, el fiscal, encontró contradicciones en su testimonio y quiso saber como era posible que Ibrahim no recordara como habría roto la claraboya, ni con que artefacto, ni como se habría colado por ella hasta el interior, pero como podría acordarse claramente (minutos después) por la puerta a la que había accedido pensando que era la salida.

De la misma manera, el fiscal quiso saber que pretendía alumbrando con una linterna hacia la habitación de la menor. El hombre respondía que, tanto él como las otras dos personas que se encontraban en la azotea, "utilizaron la linterna del móvil para alumbrar las botellas de cerveza".

Asimismo, el Ministerio Fiscal se interesó por el método de escape del acusado. "Si estaba arrepentido de entrar, ¿por qué no salió por la claraboya?". Ibrahim O. respondió que porque se encontraba demasiado alto. Pero la fiscalía expuso en sala la existencia del cableado que el hombre habría utilizado a modo de liana para descolgarse. Elemento que el acusado no recuerda que existiese.

En busca de un posible móvil que justificase la declaración del acusado, el Ministerio Público preguntó si existía algún motivo para que la chica inventase una acusación contra el hombre. Ibrahim explicó que conocía de vista a la víctima y a su familia del edifico, pero que desconoce que razón puede tener la menor contra él.

Ibrahim se enrocaría en no saber la respuesta a las preguntas, incluso a las de su propio abogado. Una vez terminado el testimonio del acusado, el fiscal elevó al tribunal una serie de contradicciones encontradas entre este declaración y la inicial en el proceso de instrucción.

El proceso contra el hombre continuará durante los días siguientes con las pruebas testificales de la menor y su padre, y los análisis periciales de los agentes que detuvieron a Ibrahim O. la noche de autos.