Que Almería es una de las provincias en la que se registran las temperaturas más altas de España no es ninguna sorpresa. Tampoco lo es que el clima veraniego asome antes de tiempo por tierras almerienses desde las últimas dos décadas, siendo una clara prueba de los efectos de un cambio climático que repercute de forma directa en el medio ambiente. Una de sus consecuencias es la proliferación, antes de lo normal, de insectos como las cucarachas por una ciudad en la que ya pueden verse algunas desde hace semanas, tanto por la calle como en viviendas y locales particulares.
"Lo normal es verlas a partir de mayo, aunque su punto álgido es en verano. Antes en otras épocas del año como en otoño e invierno no se veían, pero el cambio climático ha cambiado la situación", afirma a LA VOZ un profesional del control de plagas con más de cuatro décadas de experiencia en este sector cuyas empresas especializadas tienen cada vez más trabajo en Almería, donde en viviendas particulares y distintos negocios sus propietarios se ven obligados a poner medidas para evitar o erradicar colonias de este insecto que provoca repulsión entre gran parte de la ciudadanía.
En Almería están presentes la americana y la germánica
El calor y la humedad, y a veces también la carencia de un plan de actuación para eliminarlas, son los factores principales que favorecen esta proliferación de cucarachas, cuya presencia se ha adelantado por las condiciones climatológicas en una capital almeriense en la que pueden verse dos tipos distintos: la periplaneta americana y la battlella germánica. La primera es "la de alcantarilla", la que sale de las arquetas y trepa por las paredes de los edificios, se cuela por los desagües o por debajo de la puerta, mientras que la segunda es la que coloniza más fácilmente las viviendas, aunque llega por vías distintas hasta los hogares o negocios.
La americana se localiza en el alcantarillado de la capital y en zonas abandonadas, mientras que la germánica se instala en las cocinas en busca de alimento y puntos de calor. "La gente estos últimos años ha tomado mucha conciencia de que hay que llevar un control y hacer un tratamiento en sus viviendas. En los locales hosteleros sobre todo tienen muchísimo cuidado con este tema, pero hay sitios difíciles", asegura el experto, que especifica que las de alcantarillla "salen de ahí a morir o a colonizar zonas concretas", siendo importante para evitar su presencia en las viviendas "poner mosquiteras para que no entren por la fachada y sobre todo tener un sifón en los desagües para impedir que entren directamente desde la red de alcantarillado".
La germánica "se reproduce muy rápido" y es la que suele dar más quebraderos de cabeza, puesto que pueden entrar en viviendas y negocios de hostelería de Almería con la compra o los pedidos. "Pueden estar en almacenes con mucho trasiego de mercancía, pasar a los camiones de reparto y llegar en las cajas. Luego se instalan buscando puntos de calor y en 15 o 20 días ya han colonizado", detalla. Además, recalca que una de estas cucarachas puede poner 'vainas' de las que nacen unas 140 más. "Pasas de ver una en la cocina a verlas por cualquier sitio en poco tiempo", afirma.
Recomendaciones de los profesionales
Para evitar dicha situación los controladores de plagas recomiendan "mantener todo limpio en casa, revisar bien las compras, sellar las losas de la cocina que tengan grietas y sobre todo actuar rápido llamando a empresas especializadas para combatirlas". Dependiendo de lo infestado que esté el lugar en concreto. Un tratamiento para acabar con las cucarachas puede costar a un particular entre 130 y 150 euros y los profesionales aplican productos que no precisan que los propietarios deban abandonar la zona de la casa o el local en cuestión durante muchas horas.
"Las grandes, las de alcantarilla, es raro verlas en las casas, les cuesta vivir ahí, aunque pueden entrar de forma puntual", sin embargo la germánica se hace fuerte colonizando las cocinas, instalándose en zonas de calor como microondas, debajo de los frigoríficos o vitrocerámicas. Estas, que son más pequeñas, "se mueven para alimentarse desde comida orgánica a papel, cartón, aglomerado, maderas húmedas... de todo. En la cocina se dan las condiciones óptimas para ellas".
Por otro lado, este experimentado controlador de plagas asegura que en Almería también ha visto en alguna ocasión a la cucaracha oriental, aunque de forma puntual, sin llegar a ver ninguna plaga de esta variedad. "Es rarísimo que se vean aquí, puesto que tiene la competencia de la americana", comenta este profesional cuyo gremio se centraba en controlar mayormente a estos insectos en viviendas y locales en los meses veraniego, pero debido al cambio climático, "ahora hay trabajo todo el año".
Su empresa forma parte del Registro Oficial de Establecimientos y Servicios Biocidas de Andalucía (ROESBA), el listado de la Junta de Andalucía de empresas que tienen el permiso para el uso de productos biocidas para el control de plagas a nivel urbano. De la provincia hay unas 300 referencias en este registro, pero no solamente relacionadas con el gremio del control de plagas, también del sector agrícola.
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