En 2007 Emma Randle cambió su vida por completo. De una lujosa casa de campo a una hora en coche de Birmingham donde trabajaba en un bufete importante de abogados, se mudó a un un cortijo sin luz ni agua corriente en Cariatiz con apenas 400 habitantes. Tenía 37 años y deseaba cuidar de familia saliendo de esa carrera de ratas en la que estaba inmersa. En su andadura desde entonces participó en varios proyectos musicales, la Orquesta ciudad de Vera, escribió en un periódico británico local, ha vivido en La Chanca y, a sus cincuenta años, volvió a incorporarse exitosamente al mundo de la abogacía.
Conocía la zona de Mojácar y Garrucha porque veraneaba aquí. La familia vivía soñando con las vacaciones y decidieron mudarse antes de que los niños fueran más grandes para adaptarse al sistema escolar. “Decidimos que no podíamos seguir viviendo con dinero, una casa grande y mucho estrés, así que vinimos a Almería”, recuerda Emma.
Los comienzos fueron difíciles. Compraron 10 hectáreas de olivos y frutales sin saber nada de cultivos. La vivienda tan solo era la estructura de un cortijo que funcionaba con placas solares y obtenía agua de un pozo. El inconveniente llegaba con las lluvias porque fallaba el sistema energético y no se podía extraer el agua.
Cariatiz tenía una escuela rural donde podían ir sus hijos de cinco y seis años. “Pensaba en dedicarme a ser mamá, tener una vida muy sana en el campo, aprender una nueva cultura y darle a mis hijos la oportunidad de ser bilingües”, dice ella. Hoy sus hijos dominan perfectamente el español y Emma se defiende bastante bien.
Música
La música siempre ha sido gran parte de su vida y toca el violín, el piano y canta. Se dio cuenta de que en el pueblo apenas había música para los niños y decidió formar un coro infantil. El coro, su primer proyecto musical, fue un éxito. Se apuntaron 15 niños, la mitad del pueblo. La británica compuso un repertorio de canciones en francés, inglés y español porque era una comunidad multilingüe.
Era la primera vez que salía de Inglaterra para vivir en un país extranjero. El cambio fue inmenso y extrañaba a su familia y a sus amigos. “Cuando piensas en mudarte de un país a otro te mueve la aventura, no piensas en dejar atrás todo lo que conoces”, dice ella. Durante aquella época también dio clases de piano, primero como intercambio entre vecinos. Luego retomó un curso impartido por el Royal Schools of Music de Inglaterra y obtuvo el título de profesora de piano.
Pero lo que más le enorgullece es haber fundado la Orquesta ciudad de Vera. “Empezó en 2010 como la orquesta de Cariatiz para que los niños tuvieran la experiencia de tocar en grupo especialmente con los instrumentos de cuerda. Con el tiempo, creció y atrajo más adultos con mejor nivel. Nos mudamos a Vera y a día de hoy la formación es semiprofesional”, dice ella.
Enma todavía tenía energía para más trabajo y en el año 2011 empezó a escribir en el periódico local inglés Costa Almería News. Había estudiado también filología inglesa y tenía la espinita clavada por las letras. Desempeñó la profesión durante siete años, familiarizándose con todos los aspectos de la vida en España hasta que cerró el periódico.
Y ahí empezó un nuevo capítulo de su vida. A los 48 años estaba desempleada, su padre acababa de morir, sus hijos habían vuelto a Inglaterra a estudiar y ella se había divorciado. Entonces se retiró a vivir en La Chanca en una casa con vistas a la Alcazaba. “Al principio tenía un poco de miedo porque no formaba parte de la comunidad, pero poco a poco me hice del barrio”, dice ella. Durante aquel año se centró en escribir un blog sobre la experiencia.
Al mismo tiempo se dio cuenta de la oportunidad que suponía la salida de Reino Unido de la Unión Europea, y se puso a homologar su título de abogacía. Para los británicos es muy complicada la burocracia en España y decidido trabajar ayudándoles con sus trámites legales. Retornó a su profesión como abogada y comenzó a trabajar por cuenta propia en Cantalejo y asociados, en Almería. “Como abogada me centro en las necesidades de los británicos. Mi ventaja es que entiendo cómo piensan los británicos y cómo conciben la ley”, dice ella.
A pesar de todo el ajetreo de su vida profesional encuentra tiempo para sus actividades musicales, cada semana canta con el coro Vera Voces y hace presentaciones puntuales con Orfeón de Cuevas. Cada sábado toca con la Orquesta Ciudad de Vera que y dan al menos seis conciertos por año, también en la administración.
Ahora ha cambiado su cortijo en Cariatiz por otro en una aldea cerca de Bédar y sigue valorando la naturaleza y el tiempo que pasa con sus familiares y amigos contemplando su vida, dice con una sonrisa calmada, “seguro que cuando dejé mi vida en Inglaterra nunca podía imaginar lo que sería a día de hoy”.
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