A falta del carbono 14, los restos del cementerio coinciden con Los Coloraos

Los huesos que reposaban en un nicho del cementerio de San José y que hace unos años fueron identificados por la escritora Carmen Ravassa como los restos de Los Coloraos parece ser que son los de los 22 fusilados por Fernando VII el 24 de agosto de 1824.

Esto se deduce de la intervención realizada desde la Secretaría de Estado de Memoria Democrática en la que han abierto el nicho y han procedido a analizar los restos aparecidos. Un trabajo realizado por el equipo de forenses encabezado por Francisco Etxeberría, con Elisa Cabrerizo y con Lourdes Errasti. Explicaba Etxeberría que al abrir el nicho lo que han encontrado ha sido "un féretro metálico pintado de negro, de zinc,  que corresponde a los féretros que se usaban precisamente en la mitad del siglo XX" lo que corresponde con las fechas en las que se data el traslado al cementerio.

En el interior del féretro han encontrado "restos muy fragmentados, muy triturados, en esquirlas, de lo que pueden ser unas 20 personas. A pesar de la fragmentación de los restos óseos, creemos que todos ellos pertenecen a individuos varones. Todos son adultos e interpretamos que corresponden precisamente a las personas que se buscaban". Además, junto a los huesos se han encontrado unas hojas de laurel de metal.

Ahora que ya se ha hecho el primer análisis visual de los restos, se han tomado unas muestras que se van a enviar a un laboratorio en Estados Unidos en el que se van a realizar las pruebas que determinen el Carbono 14 de los huesos con la idea de que les sitúe en torno al siglo XIX. Decía el forense que "en este momento la convicción que tenemos, los que hemos intervenido, es que sí son ellos, que fueron fragmentados quizá con el objetivo de reducirlos a una caja que posibilitara en su momento introducirla en lo que fue el monumento y que en esa misma caja o en una equivalente se trajo a este nicho y que, por lo tanto, están representando a todos ellos".

Satisfacción
Para el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, la actuación es muy importante, hay que tener en cuenta que en unos meses se reconocerá el Pingurucho como Lugar de Memoria, agradeció al Ayuntamiento la colaboración que llevará, incluso, en caso de comprobarse definitivamente de que son Los Coloraos, al traslado de los mismos al monumento utilizando para ello el tiempo en el que se desarrollen las labores de reurbanización de la Plaza Vieja.

Pero sin lugar a dudas la más feliz de todos era la investigadora Carmen Ravassa que veía la comprobación del trabajo realizado hasta dar con estos restos en lo que era un nicho sin nombre hace años. "Cuando escribí el libro 'El colorado no es rojo', me faltaba el final, decir dónde estaban ellos, que son los más importantes. Así que, después de dos meses específicamente buscando por todos sitios, al final vine a la oficina del cementerio y fui nombrando uno por uno de Los Colorados y ninguno aparecía. Al final dije que buscaran por el nombre de Mártires de la Libertad y ahí ya apareció la inscripción en 1948 sobre Mártires de la Libertad. Me indicaron el nicho y me desplacé aquí y vi que estaba sellado de cemento pero sin nombre, sin fecha y sin nada. Por eso pensábamos que podían ser ellos, puesto que estaba inscrito ese nicho a su nombre, pero mientras que los forenses no dijeran que realmente que eran ellos, hemos estado siempre que podían ser o no ser, en esa duda. Así es que es un placer y una satisfacción comprobar que parece ser que sí son ellos".