Los siete contra Tebas defendieron la ciudad de la injusticia y restablecieron un nuevo orden social. En siete días se creó el mundo y siete son los colores del arcoíris. El siete representa el fin de un ciclo y el comienzo de una nueva era en la cultura clásica. Las siete terapeutas de S de Sexólogos combaten la desinformación y tabúes de una sociedad sobreexpuesta al sexo.
Cristina, Gerardo, Inma, Iván, Jimena, Marcela y Paola se conocieron en el Máster de Sexología de la Universidad de Almería, UAL, que eligieron por sus buenos credenciales. Un equipo de psicólogas de Colombia, México, Argentina y España con el sueño de vivir en Europa y parejas multiculturales.
El COVID las puso en la tesitura de volver a su país o continuar estudiando online. Por entonces tenían solo el visado de estudiante por lo que no podían trabajar legalmente en Almería. “Lo más difícil era regularizar la residencia. Nuestra formación en psicología no se reconocía en España, pero si nuestro máster”, dice Marcela. Su opciones de empleo se limitaban a la sexología, que estudia los intereses, comportamientos y funciones sexuales humanos.
“Mucha gente cree que la sexualidad es lo que se hace en la cama y va más allá. También es saber gestionar tus emociones, cómo tener una relación sana con los demás, cuál es tu ideal de pareja, qué quieres en la vida o qué no” dice Inma, una de las terapeutas de S de Sexólogos.
Cuando acabaron sus estudios el programa de emprendimiento de la UAL los guio para elaborar su plan de empresa. “Como migrantes compartíamos la misma situación y necesitábamos apoyarnos por eso nos establecimos como cooperativa. No hay una jerarquía, cada uno tenemos nuestras fortalezas”, dice Iván. Todas celebraron cuando el sexólogo se compró su coche y todas se alegran del bien de sus compañeras, dicen que son una familia elegida.
Cooperativa
Las terapeutas se sienten orgullosas de ser la primera cooperativa de salud mental y sexual de Andalucía. Su enfoque es multidisciplinar e integrador, cuidan el bienestar sexual y emocional. Desde su web se puede acceder a terapia individual o en pareja, cursos de control de la eyaculación y talleres de corresponsabilidad y conciliación familiar. Este último taller es gratuito y está subvencionado por el Ministerio de Igualdad. También han elaborado cinco cuadernillos para trabajar nuestra conexión individual, en pareja y social y, el propósito personal, se pueden comprar en su web por 7€ cada uno.
“Nos queremos enfocar en trabajar con adultos. Darles las herramientas para gestionarse a sí mismos y ayudar a sus hijos, ahí es donde puede haber un cambio”, dice Marcela. Consideran que no sirve de mucho una charla en un instituto, si en casa los escolares escuchan comentarios homófobos, transfóbos, misóginos, racistas, etc. Para ellas estos comportamientos son intolerables porque atentan contra los Derechos Humanos, colectivos y minorías vulnerables.
La mayor trampa a las que se enfrentan en sus consultas es la falta de comunicación en las parejas. “Todavía hay quien cree que no hablarse durante una semana es normal”, dice Gerardo. Estas sexólogas combaten creencias como que la pareja tiene que adivinar qué le gusta en la cama al otro, que el momento del clímax tiene que estar sincronizado o, que el deseo sexual tiene que ser espontáneo.
Utilizan las redes sociales para divulgar y desestigmatizar el servicio sexológico. Para Gerardo trabajar en equipo les da la oportunidad de gestionar estos canales de forma periódica y profesional. Además, trabajar online les permite movilidad e intercambio. Dos de las siete, Paola y Cristina, se encuentran en Colombia. Aunque no aparecen en la foto nunca faltan a la reunión de los lunes para organizar el trabajo.
S de Sexólogos participó en la pasada edición de la Feria de las Ideas celebrada en la UAL donde ganaron el premio al mejor proyecto cooperativo. En su stand había varias propuestas: juegos para conocer conceptos importantes de sexología, juegos para conocer mejor al otro, juguetes sexuales y productos para la menstruación. Las terapeutas se sorprendían de que los universitarios pensaran que el clítoris es un botón en lugar de un órgano bastante grande e importante en la sexualidad femenina.
Los jóvenes que se acercaban al stand conocían qué es una fusta, pero ignoraban que hay un acuerdo previo a azotar a alguien durante el sexo. “El sexo no es porno, tiene que haber comunicación y consenso. Ahora se impone que te tiene que gustar todo, pero no. Cada uno tiene que vivir su sexualidad” dice Marcela y todas sus compañeras asienten.
Jimena dijo que la afectividad está dentro de la sexualidad y quizás esta sea la mejor reflexión para cerrar. En la época de Tinder, relaciones tóxicas y emociones baratas; el amor todavía importa.
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