Adiós a Antonio Caparrós Tonda, un hombre bueno

Mi suegro, figura de padre: nos encantaba a los dos conversar juntos sobre historias de Almería.

Un hombre educado, con sentido del humor. Cuántas veces nos reíamos con el mismo chiste que ya nos había contado y pedíamos que lo volviese a contar, y las veces que viendo al Real Madrid desde el sillón movía el pie con la intención de empujar el balón. Y cuántas paellas juntos, y los pastelillos de después de comer, cuántos buenos ratos en la casa soleada de Ciudad Jardín.  

Siempre amable con todo el mundo por muy pesado que fuese quien pudiese pararle por la calle, siempre ha sido paciente y amable.

En sus consejos reinaba el sentido común siempre. Tenía una letra tan bonita que parecía lo hubiese escrito una imprenta.

Ahora recogeré los recortes de prensa que como un padre (el que no pude tener yo) siempre me guardaba.

Suena a tópico, pero es completamente real: Antonio Caparrós Tonda será siempre recordado por ser una bellísima persona.

Descansa en paz, querido suegro.