Piden 6 años para los ‘gerentes’ del supermercado de la droga

Las personas investigadas como presuntos responsables del llamado supermercado de la droga de El Ejido se han sentado en el banquillo de la Audiencia Provincial de Almería para ser juzgados por un delito grave contra la salud pública, en un proceso dirigido por la Sección Tercera de la corte almeriense.

La acusación se dirige contra Emilio, F., José F., Joaquín M. y Diego U., quienes fueron detenidos después de una investigación policial efectuada en un edificio de la barriada ejidense de las '80 Viviendas', donde se encontraron diferentes narcóticos dispuestos para su venta y un cultivo interior de marihuana. Según uno de los agentes que participaron en el dispositivo de vigilancia, las '80 Viviendas son conocidas como un punto negro de venta y cultivo.

La 'Operación Toxicity', lanzada el 1 de septiembre de 2022 reveló presuntas actividades delictivas de cultivo y venta en tres viviendas de la calle Aristóteles. A las 07:00h del día 6 de octubre de 2022, efectivos de la policía realizaron una entrada y registro en los domicilios mencionados, encontrando 372 plantas de marihuana, así como cogollos y picadura de marihuana, 34 papelinas de heroína, 27 de cocaína, una roca envuelta en papel de plástico con cocaína y heroína, dos piedras de hachís, una bolsa con hachís, un envoltorio con cocaína y varias bolsas y botes con cogollos de marihuana, junto con básculas de precisión.

Además, los agentes encontraron pinchazos ilegales en el fluido eléctrico y una pistola Walter dentro de un aparato de aire acondicionado, así como munición.

De acuerdo con esta acusación, la Fiscalía solicita para cada uno de los investigados penas de 5 años de prisión por tráfico de drogas, 1 año y 6 meses por tenencia ilícita de armas y una compensación económica para la compañía responsable del suministro eléctrico.

El juicio comenzó con la declaración de Diego U., quien, según el testimonio de uno de los agentes que participaron en las vigilancias, habría abierto la puerta de su vivienda a Joaquín en tres ocasiones para entregarle un paquete que su vecino llevaría a su domicilio. "Cuando este paquete llegaba a la casa de Joaquín, comenzaba el trasiego de gente al edificio. Como si supieran a qué hora llegan las sustancias", narraba este policía. Diego U., por su parte, alegó no tener más relación con los otros acusados que la que se da en la circunstancia de vivir en el mismo piso. "De vez en cuando echamos un cigarrillo".

El testimonio de Joaquín M. dio un poco más de sí que el del anterior acusado, admitiendo que las sustancias encontradas en su domicilio durante la operación eran suyas, además de disponer de un fumadero en la vivienda. "Venían mis amiguillos". En ese momento, su abogada quiso saber si José F. y Emilio F. también frecuentaban la casa, a lo que el hombre respondió afirmativamente.

José y Emilio confirmarían la versión de Joaquín, indicando que acudían a su casa para consumir narcóticos. Además, señalaron que el presunto responsable del punto de droga tendría algún tipo de confianza con ellos, ya que les autorizaba a abrir la puerta del piso en momentos de indisponibilidad. "Tenemos confianza para abrir la puerta, cuando están comiendo o en el baño, pero nosotros no atendemos a los que vienen a comprar". El relato de estos acusados también coincidió con las actividades desarrolladas en la tercera vivienda vinculada a la investigación, donde acudían a comprar marihuana.

La investigación comenzó poniendo el foco en la vivienda considerada como el punto de venta y el domicilio supuestamente destinado al cultivo interior. "Recibimos información anónima y encontramos rejas en las puertas de entrada. Es típico en los lugares donde se vende droga", explicaba el instructor de las diligencias, al tiempo que su otro compañero indicaba al tribunal que en el dispositivo de vigilancia se veía a Joaquín "recoger paquetes en la vivienda de Diego", además de haber captado a José "llevando paquetes a casa de Joaquín