Desde la irrupción de la pandemia de COVID-19, el teletrabajo ha experimentado una evolución significativa en la provincia de Almería. Empresas líderes como Cosentino y Grupo Cajamar, han adaptado y redefinido sus modelos laborales para responder a las nuevas realidades y necesidades del mercado. LA VOZ revela cómo estas organizaciones han integrado el teletrabajo en sus operaciones, así como las ventajas y desafíos que han enfrentado hasta ahora.
Innovación y flexibilidad
Francisco Robles, VP Global People de Grupo Cosentino, señala que la empresa ha adoptado un modelo híbrido, combinando teletrabajo y presencialidad. "Estamos convencidos de que los esquemas de trabajo híbrido son clave para la innovación, productividad, flexibilidad, conciliación, atracción y compromiso de talento en posiciones corporativas", afirma Robles.
Si bien, destaca que este modelo se aplica bajo ciertas condiciones, cuando las funciones deben poder realizarse remotamente sin afectar el desempeño y cuando debe ser gestionado activamente por los gerentes, además de ser voluntario.
Desde la pandemia, Cosentino ha mantenido esta modalidad híbrida, permitiendo que los empleados corporativos trabajen hasta un 50% del tiempo de manera remota, pero incentivando la asistencia a la oficina al menos dos días por semana.
Robles atribuye las ventajas a una mayor flexibilidad, reducción de tiempos de traslado, mejora en la productividad y equilibrio entre vida personal y laboral. Sin embargo, Robles también destaca una serie de desventajas como la percepción de inequidad, desafíos en la supervisión, y posibles dificultades en la integración de nuevos empleados.
Regreso a la presencialidad con excepciones
Por su parte, el Grupo Cajamar ha optado por volver a la presencialidad casi en la totalidad de su plantilla. Aunque no tienen una modalidad de teletrabajo establecida formalmente, el grupo permite que ciertos empleados, en casos excepcionales, puedan trabajar un día a la semana de manera remota si así lo solicitan voluntariamente.
No obstante, desde Cajamar señalan que esta medida se aplica a empleados que no están adscritos a la red de oficinas de atención al público.
Adaptación sectorial y repoblación rural
La directora de Relaciones Laborales y PRL de la Confederación Empresarial de la provincia de Almería (Asempal), María del Mar Aguilera, destaca que el teletrabajo, que surgió con fuerza durante la pandemia, se ha moderado, evolucionando hacia un modelo híbrido.
Este modelo combina la asistencia al puesto de trabajo con el trabajo a distancia y se adapta a las necesidades específicas de cada sector productivo. Aguilera menciona que, mientras en el sector agroalimentario las tareas de producción requieren presencialidad, otras como la digitalización y labores administrativas pueden realizarse a distancia.
Asempal resalta las ventajas del teletrabajo, como la conciliación de la vida familiar y laboral, el ahorro en transporte y la posibilidad de revitalizar pequeños municipios. Sin embargo, también advierte sobre desventajas como el aislamiento de los trabajadores, la pérdida de identidad corporativa y las dificultades para garantizar la productividad y la protección frente a riesgos laborales.
Un futuro laboral híbrido
En conclusión, el teletrabajo en Almería ha evolucionado de ser una medida de emergencia durante la pandemia a convertirse en un componente esencial de las estrategias laborales, adaptándose de manera específica a las necesidades de cada empresa.
Mientras Cosentino apuesta por un modelo híbrido bien gestionado, Grupo Cajamar vuelve a la presencialidad con excepciones voluntarias. Por su parte, Asempal aboga por un enfoque sectorial. La evolución del teletrabajo sigue su curso, adaptándose a las necesidades y particularidades de cada empresa y sector, marcando un futuro laboral flexible y dinámico en la provincia de Almería.
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