Almería rinde homenaje a casi 200 profesionales sanitarios jubilados

El Auditorio Maestro Padilla acogió ayer una noche de lo más emocionante y emotiva, la jubilación de casi  200 profesionales del Distrito Sanitario de Almería. 

El trabajo de quienes dejaron de ejercer entre el 1 de julio de 2017 y el 31 de mayo del presente año se ha visto reconocido con un más que merecido homenaje, en un conmovedor acto en el que los homenajeados estuvieron acompañados de sus familiares y amigos. Las autoridades tampoco quisieron perderse el evento y aprovechar esta gran oportunidad para agradecer a todos y a cada uno de ellos el desempeño de su papel fundamental en la prestación de servicios sanitarios de calidad a los almerienses. 

Sacra Sánchez, la primera teniente de alcalde de Almería; Ángel Escobar, vicepresidente de la Diputación; Juan de la Cruz Belmonte, delgado de Salud y Consumo; y Teodoro Gómez, gerente del Distrito Almería además de su agradecimiento, mostraron admiración y orgullo por la labor que han venido realizando los sanitarios almerienses durante años. 

Obsequio

Los 178 profesionales que cuidaron de más de 318.000 personas repartidas a lo largo y ancho de 30 municipios, fueron obsequiados con un distintivo cuyo objetivo es suscitar en ellos el recuerdo de lo que supone la satisfacción de un trabajo bien realizado. Si bien, tras la entrega del obsequio, el acto llegó a su momento más emotivo cuando los familiares de los 8 homenajeados fallecidos subieron al escenario para recoger el distintivo junto a un gran ramo de flores. Una escena que arrancó las lágrimas de más de un presente y una posterior ovación que puso al auditorio en pie. 

Para finalizar esta gran noche, los homenajeados disfrutaron de un cóctel acompañado de un amplio surtido de aperitivos junto a sus seres más queridos y antiguos compañeros con los que compartieron la profesión de cuidar a los demás. 

Actuaciones

Asimismo, al acto no le faltó un detalle. Y es que tanto los profesionales como sus acompañantes atendieron a una obra de teatro aficionado de profesionales sanitarios, en la cual se simulaba de forma cómica lo que ocurre hoy en día en cualquier centro de salud, así como también la forma en la que se enfrentan los sanitarios almerienses a la jubilación. 

Tampoco faltó el arte español que se personificó en la figura de Lucía Zapata que deleitó al público con su coreografía al ritmo de las castañuelas y la posterior actuación a la guitarra de El Niño de las Cuevas.