“El remedio le causa más dolor que la enfermedad”

Hace tan solo unos días la Consejería de Salud y Consumo actualizaba los datos de la lista de espera quirúrgica y de consultas externas, los cuales revelaron un descenso en el número de pacientes que esperan más allá del plazo estipulado para tener una cita con el quirófano. 

Pese a que se trate de una bajada alentadora para los usuarios de la sanidad pública, la realidad que siguen viviendo los que se encuentran a la cola de estas listas de espera es desesperante. 

Hace un año, el hijo de 23 años de Pedro Flores Quintana acudió al Hospital Torrecárdenas por un dolor insoportable en la espalda. Allí se sometió a un tratamiento basado en calmantes que solventaron la situación durante unos días, ya que el joven se vio en la obligación de volver a urgencias en más ocasiones para remediar las molestias que le incordiaban. 

Diagnóstico

Al ver que el dolor no remitía, se procedió a examinar las dolencias del chico. El diagnóstico señalaba un problema en los conductos renales, los cuales no funcionaban con normalidad y como consecuencia, generaban esta dolencia al joven. 

En este sentido, el equipo médico decidió ponerle un catéter al hijo de Pedro Flores Quintana, el cual debía ser retirado a los seis meses. No obstante, este plazo ya se cumplió varios meses atrás y el joven sigue con el puesto, lo que ahora le genera aún más molestias produciéndole un dolor al parecer incapacitante. 

“En total he hecho cuatro reclamaciones, la primera con fecha a 1 de febrero y la última el 11 de junio. Hace tres meses le hicieron la prueba de la anestesia, que todo el mundo dice que es la antesala de la operación, pero pronto se va a cumplir su valide”, explica Pedro Flores, el padre del afectado. 

Y es que la situación se ha vuelto desesperante para el chico de 23 años, quien además de sufrir graves molestias en su aparato urinario, al parecer, también ha perdido su trabajo por el dolor incapacitante que le imposibilitaba realizar sus tareas laborales y también las cotidianas. “Mi hijo se pasa el día postrado en el sillón sin poder hacer una vida normal. Entendemos que hay personas en estado más grave que adelantan a mi hijo en la lista, pero también tenemos miedo de que se vuelva algo crónico si no se trata”, concluye.