¿Qué es el riesgo?, ¿qué nos impulsa a dejarlo todo y empezar de nuevo?, ¿por qué no aguantar unas condiciones laborales mediocres? Esta es la historia de alguien que no se conforma, se reinventa y busca tanto su bienestar como el de los suyos. El protagonista de hoy es Fran Felpeto, Galicia 1976.
Hace 16 años que el gallego migró a Almería buscando un cambio de aires. En esta tierra encontró el amor, formó una familia y trabajó duramente como camarero. Pero no todo fue ser felices y comer perdices. Después de diez años sirviendo en el mismo restaurante, no se sentía valorado y dejó su puesto por desgaste laboral. Se vio casi a sus 40 años sin trabajo, con una hipoteca, una niña de dos años, sin paro y su mujer también desempleada. Entonces solo pudo reinventarse.
“Estuve un mes sin trabajo, pero sentía que nunca más volvería a trabajar por mi edad”. El hombre echaba currículum todos los días hasta que volvió de nuevo a la hostelería y entonces fue la pandemia, el COVID, los ERTE. Entre todo el desajuste, Fran se anunció como profesor de clases particulares en diferentes portales webs.
Fran había cursado Ingeniería Técnica Informática y aunque no finalizó los estudios, impartió cursos de formación para empresas y sindicatos a principios de los dos mil. La enseñanza dormía en él como una semilla, solo necesitó una crisis para que volviera a germinar.
Cuando sus primeros alumnos llegaron recuperó su autoestima, volvió a sentirse valorado en su trabajo. Ahora ese ingreso extra que lo sacó de un apuro económico sigue siendo uno de sus motores de vida. Puede ayudar a los estudiantes con matemáticas, física o hacer una base de datos.
En la actualidad Fran trabaja como conserje en la zona de Oliveros, se siente agradecido a la vida y a la comunidad por la oportunidad. “Ahora como en mi casa todos los días, veo a mi mujer y a mi hija. Esto con los horarios de la hostelería era impensable”, dice él. Por último alienta a las personas mayores de cuarenta años a seguir trabajando duro y a no bajar la cabeza por la edad.
Después de la pandemia hubo un fenómeno social originado en Estado Unidos conocido como la Gran Renuncia, Great Resignation. Los trabajadores fijos dejaban sus puestos de trabajo por las siguientes razones buscando un mejor salario, horarios más flexibles, conciliación familiar, etc. Según publicó el estudio del Departamento de Trabajo estadounidense.
Renunciaron a su puesto de trabajo
Lo cierto es que 11.000 trabajadores renunciaron diariamente a su puesto de trabajo el pasado año en España. El 75% de estas correspondían a empleados con contratos indefinidos. Un hecho histórico en el registro laboral español. Desde la última reforma del trabajo de 2021 el porcentaje de trabajadores que ha dejado su puesto voluntariamente ha crecido en más de un 194%. Los datos se extraen de la afiliación a la Tesorería General de la Seguridad Social.
La privación de libertad que muchos sufrieron durante la pandemia fue el detonante de esta revolución social. Hubo quien se puso la boina y los pantalones de pana, renunciando a su carácter urbanita. Sin embargo, otros no quisieron perder la conexión wi-fi y se convirtieron en nómadas digitales. Hasta 35 millones de trabajadores sin geografía u horario establecido contó el medio especializado en nomadismo laboral Thinkremote. Aunque su filosofía no incluye echar raíces, el segundo destino más elegido de los nómadas digitales es España, superado por Estados Unidos.
Y entonces...el teletrabajo
Y el municipio almeriense de Vera se sitúa en el top 10 de las maravillas del teletrabajo en España por sus playas y servicios, según un estudio respaldado por su Ayuntamiento. Aunque volviendo a la mundanal vida y las colas del SEPE, el 17% de los almerienses está desempleado. Una media que supera en cinco puntos al porcentaje nacional, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística.
Casi el 70% de los almerienses dados de alta en el régimen general se dedica al sector servicios. Y los bares se llevan la palma, una de cada cinco empresas se desempeña en la hostelería. Almería concentra el 10% de las tabernas de Andalucía, el pasado año se registraron más de 3.200 establecimientos. La mayoría de ellos son pymes, empresas con dos o menos trabajadores, de acuerdo con los datos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA).
Pero la tasa de desempleo más alta en España la ocupan los jóvenes menores de 25 años incluso con título universitario. Un 27,7% de los jóvenes están desempleados. Esta cifra no solo dobla la media europea sino que también nos sitúa a la cabeza de los países con menos oportunidades para sus jóvenes, según la última Encuesta de Población Activa.
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