Mire donde mire, el escenario del recinto ferial sigue generando ruidos

Con el concierto ofrecido por el cantante almeriense, David Bisbal el pasado sábado, quedaba inaugurado oficialmente el nuevo recinto de conciertos situado en el Recinto Ferial de Almería, más grande y con una orientación diferente.

El objetivo marcado sobre las modificaciones de este espacio escénico a cielo abierto se erige sobre el poder de albergar grandes eventos musicales, así como facilitar el descanso de los vecinos que habitan en las calles próximas a la zona de conciertos.

Los residentes que compraron propiedades en la zona de La Vega de Acá ya eran conscientes de que su adquisición inmobiliaria iba a compartir vecindad con un recinto ferial, que de tanto en cuanto albergaría algún concierto pero, la aparición de un calendario de festivales no estaba dentro de sus planes de futuro.

Pasado el tiempo tiempo y muchos vatios y decibelios después, se tomó la decisión de voltear la orientación del escenario como si de un cubo de ‘Rubik’ se tratarse. Ahora, el escenario del recinto mira al río y hacia allí lanzan el sonido los potentes bafles que se instalen. Esta orientación deberá respetarse siempre, ya sea en una escena montada por el Ayuntamiento de Almería, como si el escenario es traído de manera particular por el artista que actúe en la velada.

Pasadas 48 horas tras la actuación de Bisbal, la ocasión pintaba en calva para tomarle el pulso a esta modificación antirruidos, preguntándole a los vecinos de la zona.

Preguntados a residentes de la calle Miguel de Molina  y adyacentes, casi la totalidad de opiniones recogidas han resultado negativas, señalando la ausencia de impacto acústico en sus casas durante el transcurso del concierto. “Antes de la nueva orientación del escenario vibraban las ventanas. Los días del Solazo Fest fueron tremendos”, explica uno de los vecinos encuestados. Tan solo una residente en esta zona, señalaría que el sonido que se hacía notar en su vivienda “no era mucho”. “Todo depende de la dirección del viento, mis padres me dijeron que en La Térmica, donde tienen su casa, algo podía escucharse”. Señala Álex, padre de un bebé y residente cerca de Miguel de Molina.

Recogidas estas impresiones había que hacer la prueba del algodón y preguntar a los vecinos que viven en la misma calle que el recinto ferial. Las opiniones deslizadas en esta ronda de preguntas, dan por parejo la ausencia total de ruido y la existencia de ruido leve, pero evidenciando un cambio en el nivel de decibelios entre la orientación original del recinto de conciertos y la actual orientación. “Con las puertas cerradas no se oye”. Curiosamente, la única queja esgrimida por un vecino, nada tenía que ver con el impacto acústico, sino con  el impacto higiénico. Este residente manifestó la existencia de “suciedad acumulada” en la calle Galán de noche tras el concierto. “Si existe un recinto, que coman, beban y tiren los desperdicios allí, no en la calle”, relataba este vecino con gravedad.

Mientras que los residentes cercanos al recinto valoran positivamente la disminución del ruido, existe un segmento de la población almeriense que se ha visto perjudicada por el cambio de escenario. Los residentes en los cortijos al otro lado del río, reciben el sonido procedente de los altavoces.

La inauguración del nuevo recinto de conciertos  no tuvo la mejor presentación ante la sociedad almeriense. La apertura de puertas se retrasó hasta las 21:30, generando el malestar entre los asistentes que guardaban cola. Desde el Ayuntamiento se informó de la demora a causa del viento, pero no bastó para contentar a mucha que acudió al concierto que ha tachado de “mala organización” la incidencia. Asimismo, algunas personas que tenían entradas de ‘front stage’ se vieron en la dificultad de encontrar la puerta  de acceso.

Pero lo que ha dado que hablar sin duda, han sido las imágenes vistas en redes sociales de personas abandonando el recinto sorteando las vallas caídas del perímetro. El hecho de no abrir todas las puertas del recinto ferial, provocó aglomeración de gente a la salida del concierto, y ante esto, muchos ‘huyeron’ por las vallas rotas.