Andrés Cayuela, el portero de UBERAM

Yo me vestía en UBERAM desde que abrieron sus tiendas. Luego, mi mujer y mis niños. Era fácil, conocía a sus dependientes y me ponían ‘guapo’ y siempre con lo último de la moda. Loli y las hermanas de Salmerón,  Encarni y Angelitas, eran mis dependientas favoritas. Las tiendas de la familia Úbeda Ramal brotaron desde la avenida de Madrid a la Plaza Flores y de allí a la Puerta de Purchena y Paseo de Almería. Mi familia era de UBERAM y teníamos una enorme amistad con todos ellos. Rafa padre, Rafa hijo, su tía Mercedes y su madre Rosalía; y las dependientas que eran maravillosas. Juani era la que vestía a mi mujer creo recordar. Me lo pasaba en grande cuando los sábados íbamos a comprar ropa porque allí estaban mis futbolistas de cabecera. Tesón, Madri, Rafa, Lucas, Luque, Berenguel, Lázaro...

El más famoso de todos jugaba de portero y lo mismo aparecía en la sección de mujer que en hombre o niños. Era el comodín de la empresa y como jugaba en el Poli Almería no faltaban nuestro ‘raticos’ de fútbol. La explosión de Simón llegaría después, con goles.

Andrés Cayuela Suárez es hijo de Antonio y Antonia, familia de pescadores muy numerosa. Nueve hermanos (5 niñas y 4 niños).

¿Es usted el mayor?

Soy el séptimo y trabajando desde que acabé la EGB y me coloqué en La Sirena.

¿Le tiraba el comercio?

Tenía 14 años cuando entré a trabajar en la fábrica de bañadores de la calle Regocijos, que daba a la calle Gran Capitán.

¿Cuándo llega UBERAM?

A los dos años me salí de La Sirena, entré con ellos y ha sido de lo más divertido porque trabajamos mucho pero en un ambiente fue inolvidable para todos.

¿Era buen dependiente?

En UBERAM podíamos hacer un equipo de fútbol porque todos éramos jugadores, no había puestos específicos y todos hacíamos diferentes labores. Eso de ser un ‘comodín’ se inventó en esta empresa.

¿Cuántas tiendas eran?

En Almería la de la Avenida de Madrid, Plaza Flores, luego Puerta de Purchena, Paseo, El Ejido, Adra, Roquetas, Motril, Jaén y hasta creo que llegamos a Albacete. Aquello se multiplicó pero siempre con el concepto de empresa familiar que era lo que tanto me gustaba.

¿Cuántos años le dedicó?

Más de 20 porque se estaba bien, con unos compañeros maravillosos y unos jefes cercanos. Rosalía, la madre de Rafa, Mercedes que era su tía, su padre el gran jefe. Y los futbolistas que despachábamos con la misma ilusión que metíamos goles por los campos. No tengo palabras cuando hablo de los compañeros y del ambiente de esta empresa.

Y monta su negocio.

Cuando me establecí puse ‘Hipercayuela’ en la calle Padre Luque. Fue una bonita aventura. La gente de UBERAM se vino conmigo y ellos a la agricultura con el aceite Castillo de Tabernas.

Se echa novia en UBERAM.

¡No! Mati Alonso Pérez y yo nos conocimos con 16 años pero ella no trabajaba allí. Seguimos juntos y somos padres de Macarena, Andrea y Álvaro. Y abuelos de Macarena y Sergio.

¿El nieto es futbolista?

Claro, juega en el EDA y lo llevo a ver al Almería y nos lo pasamos bomba. La niña también me tiene loco. Puedes poner que soy un abuelo feliz. Ya me falta menos para jubilarme y pon que tengo una gran familia de la que me siento muy orgulloso.

Casi se me olvida. Un portero de fina estampa.

Mi primera ficha fue con la AD Almería con 7 años y siendo juvenil me subió Juan Rojas al primer equipo. Con la desaparición me fui con Pepe Navarro a Los Molinos y de allí al Poli.

Barrigazos en la tierra.

Aquellos campos eran duros y decían que era un portero valiente, pero llegaba al trabajo los lunes señalado por las heridas de ‘guerra’.

Inolvidable Poli Almería.

Formé parte de la primera plantilla en 1983 y jugué con ellos antes de dejarlo con 32 años. Pasé por muchos equipos de la provincia pero no salí fuera por el trabajo.

¿Usted qué quería ser?

En una familia de 9 hermanos no queda tiempo ni para soñar. No me quejo, Me ha ido bien en la vida.

¡Qué años los ochenta...!

Maravillosos como trabajador y jugador. Y tú en la Radio. ¡Ah!, tengo uno de tus libros que me regalaste.