Las medusas ponen en jaque a los socorristas almerienses

En España, más de 200 personas han perdido la vida en entornos acuáticos en los primeros seis meses de 2024. De hecho, el pasado junio la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS) registró 61, convirtiéndose así en el segundo mes con más fallecimientos por esta causa desde hace casi una década. En el caso de Almería, a principios de julio ya se habían registrado 3 ahogamientos, uno de ellos un menor de once años.

Aunque el trabajo de un socorrista se relaciona con salvar vidas, los rescates acuáticos no son su única función -sí la más importante-. En lo que llevamos de año, el servicio de socorrismo de la capital almeriense ha llevado a cabo 755 intervenciones, con los picos más altos en el espacio comprendido desde la playa de San Miguel hasta Las Conchas y, a la cabeza del ranking, en el Palmeral de El Zapillo.

Las medusas como tónica dominante

Aunque parece que este año Almería se ha escapado de las oleadas que estos animales protagonizan de vez en cuando en las costas mediterráneas, la picadura de medusa es una incidencia habitual que se repite todos los veranos. De hecho, ha sido la causante del mayor número de intervenciones en lo que llevamos de verano, con un total de 135 curas. En el segundo puesto se encuentra el tratamiento de heridas leves, que ya suman 106.

Ante el escozor de una picadura, el bañista puede acudir a cualquier puesto de socorro. En caso de no encontrarse en horario laboral (de 12.00 a 20.00 horas de lunes a domingo), los profesionales recomiendan una serie de pasos. En primer lugar, visualizar bien la zona de la herida por si quedase algún resto de tentáculo. En caso de haberlo, extraerlo y enjuagar la zona con agua de mar. Advierten de que hay que evitar a toda costa el agua dulce antes de dicho enjuague. Finalmente, aplicar frío local. 

El verdadero peligro

Desde el servicio de socorrismo de la capital almeriense destacan que a pesar del miedo de los bañistas, las medusas no son peligrosas ni atentan contra su vida. Desde el equipo, no ponen el foco en estas, sino en los tres rescates acuáticos que se han efectuado en los meses de verano. Sobre estos, señalan que eran casos que probablemente habrían acabado en tragedia si el socorrista no hubiera intervenido.

Dos de ellos eran menores de edad. Para el equipo de socorrismo almeriense, las muertes podrían tener dos causas: la primera, un mal ejercicio del socorrismo. La segunda, la escasa concienciación de los bañistas. Desde coordinación de playas llaman la atención sobre esta segunda y lamentan la cantidad de tragedias que se podrían evitar si los niños y niñas de Almería conocieran informaciones tan útiles como el número de emergencias (112) o la forma segura de disfrutar de un baño.

Servicio de accesibilidad

Cabe recordar también las intervenciones que los socorristas llevan a cabo para que las personas con discapacidad motora puedan disfrutar del baño como los demás, que este verano se sitúan en 88. Pasar de la silla de ruedas a una toalla o silla de playa, entrar y salir del mar con apoyo o pedir prestado material anfibio -tanto silla como muletas- son algunos de los servicios que el personal de la playa ofrece a los que lo necesiten.