La esclavitud sexual de Almería en cifras: más de 90 víctimas atendidas este año

La historia comienza en un aeropuerto, en la maleta lo indispensable y una promesa de empleo. Todo es un espejismo que se desvanece rápidamente al enfrentarse a la realidad. En la terminal dos personas la esperan con palabras amables y buenos modales. Se producen las presentaciones y trayecto hacia el nuevo hogar y puesto de trabajo. “Empleada del hogar en una casa. no es mucho pero por algo hay que empezar”, se iba diciendo mientras el vehículo avanzaba. Sus contactos en la nueva patria le piden el pasaporte, que ya no le devolverán, y al llegar...empieza la pesadilla. No estás aquí para lo que se te había prometido, sino para ser víctima de un grave delito que atenta contra los derechos humanos. Una forma de esclavitud que convierte al ser humano una simple mercancía: la trata de mujeres y menores.

Estas líneas, además de una simple recreación, no dejan de ser una realidad que viven cientos de mujeres en Almería, en donde han aumentado los delitos contra la libertad sexual en un 3,64%. Según datos proporcionados por el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), desde 2021 hasta junio de 2024, en las provincias de Almería, Jaén y Málaga se ha atendido a un total de 3.700 mujeres a través del servicio de detección y rescate de víctimas de trata para explotación. De estas, 346 eran específicamente casos de trata de mujeres con fines de explotación sexual. Esta alarmante cifra refleja la gravedad de una problemática que continúa afectando a las comunidades locales, a menudo pasando desapercibida bajo el velo de promesas engañosas y esperanzas truncadas.

De acuerdo con los datos de Cruz Roja Almería, se identificaron 174 personas en situación de explotación sexual, de las cuales 94 podrían encontrarse o haber pasado por una situación de trata. Además, las Adoratrices en Almería, a través de su proyecto Emaús llevado a cabo en 2023, lograron brindar apoyo y refugio a 25 mujeres. De estas, 14 fueron identificadas específicamente como víctimas de trata, mientras que 3 mujeres provenían de situaciones de prostitución. Estos datos subrayan la importancia de los servicios de intervención y apoyo que ofrecen en la provincia organizaciones como las Adoratrices, Apramp, Oblatas y Cruz Roja, proporcionando un salvavidas crucial para las víctimas en situaciones de extrema vulnerabilidad.

El perfil de las mujeres víctimas de trata atendidas en Almería y sus alrededores es diverso, pero ciertos patrones emergen claramente. El 45% de estas mujeres provienen de América Latina, mientras que un 50% tiene origen africano, con una notable presencia de personas de Marruecos y Nigeria. Entre otras nacionalidades representadas se encuentran Colombia, Venezuela, República Democrática del Congo, Guinea Conakry, Senegal, Camerún y Paraguay. La mayoría de las víctimas se encuentran en la franja de edad de 26 a 35 años, seguida por el grupo de 18 a 25 años. En términos de educación, muchas de estas mujeres cuentan con estudios primarios, aunque también hay casos de víctimas con educación secundaria. Estos datos reflejan cómo la trata de personas afecta a mujeres jóvenes y adultas de diversas partes del mundo, que buscan mejores oportunidades y acaban atrapadas en redes de explotación sexual.

Lugares donde se han detectado casos

En la provincia de Almería, la trata de mujeres se ha detectado en diversas localidades y entornos, reflejando la amplitud y la complejidad de esta problemática. En Almería capital: se han identificado casos de explotación en la carretera, siendo Sierra Alhamilla, El Puche, Pescadería y Bayyana alguno de los sitios. Pisos de alterne en la ciudad también son puntos críticos de abuso.

Áreas Rurales: Los cortijos en el Poniente, San Isidro y Campohermoso han sido señalados como lugares de trata, con víctimas frecuentemente aisladas. Clubes: En municipios periféricos del Poniente y Levante.

Las zonas rurales apartadas, concretamente  los cortijos e invernaderos, son un escenario significativo de trata de mujeres. Junto con Huelva, Almería destaca como las provincia andaluza donde más se produce este fenómeno.

La combinación de aislamiento y condiciones laborales precarias en estas áreas facilita la trata, reflejando una preocupante realidad en el sector agrícola.