Adiós a la tienda de Fermín en la circunvalación del Mercado

Uno de los establecimientos que es santo y seña de la Circunvalación del Mercado -hoy en manos de  bares y pubs que le han dado un aire nocturno- es el de Reparaciones Fermín, una especie de hospital de los electrodomésticos durante los últimos cincuenta años en ese rinconcillo privilegiado de la ciudad; un local que abandona la rotonda de Ulpiano Díaz en breve, pero no porque haya decaído la cultura del arreglo de radios o afeitadoras, sino porque cada vez es más difícil aparcar en el centro. “Y sin aparcamientos no hay clientes”, explica su gerente, Fermín Aznar Lozano, propietario de la pequeña empresa, que es también el dueño del local que será puesto en alquiler y que probablemente se convierta en un nuevo bar de copas. 

El ambiente en esa zona ha cambiado del día a la noche. Se fue el afilaor, el vendedor de carne de caballo, el maestro zapatero y todos esos profesionales de oficios antiguos que trabajaban de día y dormían de noche. 

Ahora hay allí más ambiente de madrugada que cuando brilla el sol. Aún queda una pequeña frutería, la tienda de cafés y la de té, pero también cerró el estanco. Por el otro lado de la circunvalación se mantiene la sombrerería Martínez, mientras que el antiguo Spar, se convirtió en el celebrado  restaurante El Tomate, que ha conservado el letrero del supermercado como si fuera una reliquia.

Fermín Aznar empezó a trabajar en el establecimiento en 1967 de la mano de su padre,  Fermín Aznar Cano, un experto en reparaciones de aparatos electrónicos, quien abrió ese mismo local ese mismo año. 

Fermín padre tenía unas manos de seda para arreglar todo tipo de electrodomésticos como planchas, transistores y vivió la época dorada de las  televisiones, cuando se reparaban en lugar de comprar una nueva a las primeras de cambio que dejaban de funcionar.

Durante más de medio siglo, Fermín, aficionado también al buceo y fue operador de cine, ha sido un referente junto al Mercado, siempre con sus destornilladores y sus tenazas. Ahora cambia de horizonte y se va a un local en la urbanización Jardines de la Pipa, mientras que su esquina de toda la  vida ha sido puesta en alquiler.