Hosteleros de Almería opinan acerca de la ‘nueva’ ley sobre alcohol y menores

La hostelería almeriense apoya la regulación del problema, pero la considera incompleta

Un bar de Almería con sombrillas que publicitan cerveza.
Un bar de Almería con sombrillas que publicitan cerveza. La Voz
Elena Ortuño
13:20 • 13 ago. 2024 / actualizado a las 09:23 • 16 ago. 2024

Llega la Feria de Almería y con esta una imagen que se repite en muchos de los escenarios de la ciudad. Entre banderillas, luces y atracciones, aún no se ha visto la festividad que no cuente con grupos de menores reunidos en descampados, parques y viviendas personales con vasos de plástico rellenos de ron, ginebra y algún refresco o bebida energética para rebajar el fuerte sabor.



Andalucía es la sexta comunidad con una mayor prevalencia en el consumo de alcohol por parte de menores. En un país en el que la cerveza, el vino y los alcoholes más fuertes se han ido incluyendo en la rutina diaria y en el modelo alimenticio, casi no sorprende que la media de edad para empezar a consumir alcohol sean los 14 años.  



El anteproyecto de ley



Un 78% de los estudiantes andaluces de secundaria ha probado el alcohol alguna vez en su vida. Es este preocupante porcentaje el que el Ministerio de Sanidad ha querido abordar y disminuir con la elaboración de su anteproyecto de ley de prevención del consumo de alcohol, presentado el pasado 30 de julio al Consejo de Ministros.



Entre las claves que aborda este documento, se encuentra la ampliación de lugares en los que se prohíbe beber a cualquier persona, todos ellos relacionados con los menores de edad. Ejemplos de dichos sitios serían los centros docentes (exceptuando a las universidades), de protección de menores, las residencias de estudiantes que admitan a menores, así como también los espacios deportivos o de ocio en los que se realicen actividades concebidas para ellos.



En la misma línea, se prohíbe emplazar publicidad de bebidas alcohólicas ni en dichos lugares ni a una distancia menor de 200 metros de estos centros. Así, no se podrán publicitar cervezas, vinos ni similares en las marquesinas, en el transporte público, en las sedes de administraciones públicas y en ninguna otra superficie. 



Es esta norma en específico la que ha desatado la polémica entre el sector de la hostelería, ya que también afecta al mobiliario de los propios bares y restaurantes. Se acabaron los toldos, servilleteros, sombrillas, sillas y el resto de mobiliario con los tradicionales nombres de cervezas impresos en ellos.



También se equiparan las bebidas alcohólicas a las 0.0, alegando que, a pesar de estar prohibidos los anuncios sobre las primeras, se utilizan los spots de las bebidas sin alcohol para hacer publicidad encubierta. Para los propios anuncios tampoco se permiten actores menores de 21 años ni mayores que parezcan o estén disfrazados de menores.


Los límites a la publicidad también alcanzan al mensaje: no se pueden ni vincular las bebidas alcohólicas con la mejora del rendimiento físico, el éxito social o sexual ni emplear términos equívocos o ambiguos como "consumo responsable" o "moderado". Con esto último se pretende dar a entender que ningún consumo, por pequeño que sea, es beneficioso.


Cabe señalar que el incumplimiento de las normas podrá acarrear multas. De hecho, las autoridades estarán autorizadas para hacer controles de alcoholemia en los lugares frecuentados por menores. Las penas irán desde 60 a 600 euros si son infracciones leves -aunque en este caso pueden ser sustituidas por programas de concienciación o rehabilitación-; de 601 a 30.000 euros si son graves y de 30.001 euros hasta 600.000 si son muy graves.


La hostelería almeriense no se libra 

Que la hostelería sea el foco principal en el que se ha centrado el anteproyecto de ley para la prevención del consumo de alcohol es algo que la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Almería (ASHAL) no comprende. "El lugar básico de consumo en el que los menores de edad consumen este tipo de bebidas no son los bares ni los restaurantes", señala Pedro Sánchez-Fortún, presidente de la asociación.


Los empresarios almerienses afirman estar de acuerdo con atajar el problema del consumo de alcohol en menores, ya que, como Sánchez-Fortún señala, "es un asunto muy importante y preocupante". Sin embargo, les inquieta que el anteproyecto "se quede solo en un maquillaje", puesto que lo consideran bastante incompleto. "Ojalá que esta ley se haga de verdad y con mucha más dureza, porque hay otros problemas mucho más graves que los atajados en el documento y hasta ahora no se le ha puesto el cascabel al gato", completa la vicepresidenta.


Entre esos problemas, señalan, se encuentra el botellón. "Se debe concienciar para que estas concentraciones no tengan lugar y que las administraciones públicas y las empresas pongan de su parte para evitarlas", alarma el presidente, para después añadir que desde la asociación creen que "por que vayan a quitar las sillas de publicidad el consumo en menores no va a bajar".


Denuncian que la hostelería no es la culpable de que los niños y adolescentes prueben el alcohol, sino que es en las propias casas de los niños o en las fiestas de los pueblos cuando se da su primer contacto con la bebida. "En los bares estamos muy concienciados, no vendemos alcohol a menores, pero esto no ocurre así en las tiendas 24 horas, en las de barrio y en las demás tiendas de conveniencia", apunta. 


Actualmente el anteproyecto se encuentra en su fase de audiencia pública, lo que quiere decir que hasta el próximo 6 de septiembre se podrán presentar aportaciones y propuestas de mejora al texto. Desde ASHAL están colaborando con la Federación Española de Hostelería (FEHR) para presentar una batería de alegaciones a la ley.



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