El Ayuntamiento de Almería abre el plazo de exposición pública la revisión del mapa de ruido de la ciudad después de que fuese aprobado por parte del pleno hace unas semanas.
No se profundizó demasiado en el contenido de este documento ya que no hay grandes cambios con respecto a los datos del anterior mapa, de hecho, tras las mediciones pertinentes, la Zona Acústicamente Saturada (ZAS) se mantiene a pesar de haber estudiado una ampliación de once calles del entorno.
Esta ZAS se sitúa dentro de las calles comprendidas entre el Paseo de Almería, Puerta de Purchena, Plaza Vieja, calle Marín, Jovellanos, Plaza de la Administración Vieja, Cervantes, Catedral, Eduardo Pérez, Cubo, Bendicho, Plaza Masnou, Real, Gravina y General Tamayo.
Pero sin lugar a dudas los principales elementos de este estudio se centran en el diagnóstico de las causas del ruido en la ciudad y en las propuestas que se realizan para el futuro plan de acción.
Así, según el análisis realizado por la empresa Virocem, el principal foco de contaminación acústica con el que cuenta la ciudad corresponde al tráfico rodado. Explica el documento que el tráfico viario es el ruido que se sitúa más cerca de las zonas residenciales. De esta manera, considera que “las principales vías de comunicación y arterias de la ciudad generan los mayores conflictos en términos de niveles de ruido”, de hecho, recoge que las principales fuentes de ruido debido al volumen de tráfico son la Vía Parque, la carretera AL-12 que conecta desde el centro de la ciudad con el aeropuerto, Carretera de Ronda y Carretera de Málaga.
Interior
Dentro del centro urbano sitúa como ejes principales de ruido por el tráfico a la Avenida Torrecárdenas, Avenida del Mediterráneo, Carretera Huércal-Almería, Avenida Nuestra Señora de Montserrat, Avenida Cabo de Gata y Avenida Federico García Lorca.
Ante esta situación, la principal recomendación para el plan de acción pasa por tomar medidas para reducir el volumen de tráfico privado que soportan las vías almerienses. Así apuestan por “la mejora en la movilidad urbana e interurbana potenciando el uso del transporte público y favoreciendo medios de transporte más sostenibles como la bicicleta, o los desplazamientos a pie”.
Proponen actuar sobre la circulación, los límites de velocidad y el control de su cumplimiento, “concienciando sobre los beneficios de una conducción tranquila, favoreciendo la incorporación al parque automovilístico de vehículos con menor impacto acústico como eléctricos e híbridos, y utilizando asfaltos y neumáticos que reducen el ruido de la rodadura”. Estos asfaltados ‘fonoabsorbentes’ ya se usaron en la calle Jovellanos hace unos años.
Defienden la potenciación de la administración electrónica para “reducir la necesidad de desplazamientos para las gestiones públicas”.
Entre las medidas recoge también la necesidad e “humanizar las calles” e invita a la “creación de corredores verdes y el favorecimiento de un modelo peatonal”.
Y es que, más allá de las terrazas o del ruido habitual de la gente, el tráfico es lo que más problemas genera para la convivencia en una ciudad mucho menos ruidosa.
Control para las máquinas de limpieza
Además del tráfico, las noches dejan otros ruidos que molestan. Por un lado está el ocio nocturno, para el que recomienda control de horarios y de licencias, así como mecanismos de inspección telemática, pero por otro, está lo más curioso del estudio no tanto por el elemento en sí, porque hay dejas desde hace años, sino porque se señale de esa forma. Se trata del ruido de las máquinas de recogida de basura y de la limpieza.
Así se apuesta por revisar “los horarios de recogida para evitar en lo posible que coincidan con los habituales de descanso ciudadano. También se propone mejorar los vehículos mediante la adquisición paulatina de otros con tecnologías de recogida más silenciosas”.
Además, recomiendan que las obras no se desarrollen en horario nocturno y haya control de ruidos.
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