La carta de amor de Juan Carmona a Almería para abrir la Feria de 2024

Qué suerte tiene Almería de que cayera “en este rincón de España maravilloso y olvidado” Juan Carmona. Y qué suerte tuvo Almería de que María Segura y Lola de la Estrella  -y sus voces- sean de aquí. Todo ello quedó patente en la Plaza Vieja, en la noche de este viernes 16 de agosto, durante el pregón de la Feria de 2024.

Tenemos suerte porque Juan Carmona es un hombre enamorado que, a pesar de expresarse como un auténtico genio con una guitarra, es capaz de hacerlo igual de bien con la palabra, a pesar de que el miembro de la dinastía de los Habichuela confesara al final de su pregón lo contrario: “No me gusta mucho hablar”. 

Durante su pregón de Feria de 2024, el padre del eterno grupo Ketama abrió muchas puertas: las de su música, las de su familia y las de su corazón. En realidad, tratándose de Juan Carmona, todas esas puertas son la misma.

Lo insólito, bonito, elegante y casi histórico del pregón de Carmona es que fuera íntimo entre la multitud que llenó la Plaza Vieja. Al fin y al cabo, no es habitual ver a un pregonero invitando a los presentes a pasar al fondo de su vida. Y ahí estaba Juan Carmona, enseñándole a Almería el álbum de su vida.

“La almeriense de la que me enamoré hace 23 años. La almeriense que conquistó mi corazón. Ella simboliza todo lo bueno de Almería. Hermosa alegre generosa, tolerante, noble y trabajadora. Compartir mi vida con ella es sentir doblemente Almería”, dedicaba a su mujer, María Segura, en los últimos compases del pregón. 

“Y mi hija, la almeriense Lola de la Estrella... Se me nublan los ojos cuando hablo de ella. Es maravillosa, como es Almería. Es un soplo de vida. Mi alegría de vivir”, seguía el guitarrista, compositor y productor.

Pero su álbum familiar no se entiende sin la presencia de alguien que está aun sin estar: su suegro, Pedro Segura, se llevó una de las ovaciones de la noche a escasos metros de la que siempre será su casa, esa Taberna Sacromonte siempre a disposición de los artistas que venían de fuera.

“Pedro Segura fue el mejor embajador de Almería para los artistas”, recordaba Carmona. Para confesarle de tú a tú y ante un millar de personas otra línea más de su carta de amor: “Te quiero, Pedro. No te vamos a olvidar nunca. Eres genial”.

Porque eso fue el pregón de Juan Carmona: una carta de amor. De amor a su mujer, de amor a la que es ya su ciudad, de amor a su hija, de amor a la Feria, de amor a la Virgen del Mar... De amor. De eso iba el pregón de Juan Carmona. 

Amor a una ciudad “mágica” que “a mí me ha tocado con su varita”. Amor a las calles en las que pasearon un García Lorca estudiante, una revolucionaria Celia Viñas, una valiente Carmen de Burgos... Amor a una ciudad en la que un 16 de agosto de hace ya años, dio un recital a la guitarra Juan Carmona Habichuela deleitando a los almerienses. Amor a una ciudad que, casualidades de la vida (y del amor), vio un 16 de agosto a su hijo, Juan Carmona, pregonar la Feria de Almería.