Víctor Navarro
21:22 • 07 sept. 2024
Donde alguna vez solo hubo agua estancada para el riego de las explotaciones agrícolas, hoy resuenan los ‘oles’ y el rechinar del carretón al entrar en el capote de brega. En los agrestes caminos y entre los invernaderos del Paraje Guillén de La Cañada, una quincena de almerienses ha encontrado su propia plaza de toros, donde trazan naturales y chicuelinas de salón con la misma pasión que si los ejecutaran en el coso de la Avenida Vilches.
Esta afirmación podría ser tomada como una banalidad llena de orgullo, pero fue el orgullo local el que ha dado vida a esta coqueta infraestructura de menos de un lustro, oculta de los ojos de la ciudad. Ya que fueron las manos y anhelos de los vecinos las que levantaron este particular coso desde cero, para uso disfrute de la comunidad del Paraje de Guillén.
Una oportunidad oculta en un vertedero
La vieja balsa que hace 50 años suministraba riego a la zona, quedaba en desuso hace tres décadas. Desde su parón funcional, la poza se transformó en un vertedero, dando rienda suelta a la maleza, escombros y basuras que proliferaron hasta los años de la pandemia. Fue entonces cuando un grupo de toreros locales, liderado por Manuel Salmerón, Jimeno Mora, Jesús Almería, Blas Márquez y Pablo de la Concepción, vieron en este espacio dejado de la mano de Dios, una oportunidad para responder a varias necesidades: la falta de un lugar adecuado para entrenar, disponer de un espacio para los eventos vecinales y una urgente acción de limpieza del entorno.
El veterano torero Manuel Salmerón, apoyado en uno de los burladeros hechos con palés ‘made in’ La Cañada, recuerda cómo presentaron a la Comunidad de Regantes del Paraje Guillén, propietaria de la poza, la propuesta para transformar la valsa en un renovado espacio taurino. “Los escombros salían por el muro. Al no tener puertas, tuvimos que trabajar a mano y mucho. Llegamos a llenar hasta dos camiones de escombros”.
La construcción de este discreto coso fue un esfuerzo comunal en el que se involucraron vecinos y empresas locales. Aunque humilde, la plaza cuenta con todos los detalles necesarios y con una categoría que haría sonrojar a otras construcciones similares. Portón de forja, burladeros reciclados con palés y albero traído de Macael, allanado en el piso de manera artesanal con una traviesa de madera y una persona actuando como fuerza tractora, demuestran un cuidado excepcional en cada elemento, reflejando la colaboración desinteresada de todas las entidades y personas que han aportado su granito de arena a esta plaza.
Mucho más que toros, un lugar para todos
Visitar el coso del Paraje Guillén ofrece una experiencia única, combinando la familiaridad de barrio con la historia taurina contemporánea local. Más allá de la tradición, este espacio se ha convertido en un símbolo de la resiliencia y la unidad comunitaria entre capotes y muletas. Aquí, maestros y subalternos, sin excepción, comparten una profunda conexión con este rincón. “Somos unos privilegiados por tener este espacio. Aquí uno puede inspirarse, pues cuenta con todos los elementos de una plaza”, afirma Manuel Salmerón, mientras observa sus manos mientras observa sus manos, aquellas que han lidiado con el toro y con muchas horas de pistolete para abrir hueco en los gruesos muros de la balsa.
La transformación de la antigua balsa ha revitalizado la zona creando un centro vibrante para la vecindad, donde verbenas, Cruces de Mayo o conciertos sustituyen a los ‘trastos’ de torear. Este espacio, limpio y renovado, sirve ahora para festividades y eventos comunitarios. Al ofrecer un lugar sin ánimo de lucro, la pequeña plaza de toros ha fortalecido el sentido de pertenencia y ha atraído a visitantes, consolidándose como un espacio clave en la vida social del Paraje Guillén.
La plaza del Paraje Guillén se ha convertido en un vibrante centro de diversos eventos para sus vecinos. Su ruedo ha albergado conciertos del joven Rafael Amador, participante de La Voz Kids, o doma de caballos. También ha sido escenario de comidas especiales para el Día de la Mujer, o celebraciones que unen a la comunidad en torno a la festividad. Además, la plaza ha recibido a peñas taurinas procedentes de Italia para ofrecerles clases prácticas, destacándose este rincón de La Cañada por su versatilidad y dinamismo, reflejando el espíritu de unión y cultura local.
La plaza del Paraje Guillén se ha convertido en un vibrante centro de diversos eventos para sus vecinos. Su ruedo ha albergado conciertos del joven Rafael Amador, participante de La Voz Kids, o doma de caballos. También ha sido escenario de comidas especiales para el Día de la Mujer, o celebraciones que unen a la comunidad en torno a la festividad. Además, la plaza ha recibido a peñas taurinas procedentes de Italia para ofrecerles clases prácticas, destacándose este rincón de La Cañada por su versatilidad y dinamismo, reflejando el espíritu de unión y cultura local.
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