La reina de la barra del bar de Sabina era de Lanzarote

El doctor de la UAL, Javier Soto, desvela el misterio de ‘Y nos dieron las diez’

Javier Soto.
Javier Soto. La Voz
Melanie Lupiáñez
20:33 • 13 sept. 2024

Escuché en un bar que el pueblo con mar aquella noche después de un concierto donde Joaquín Sabina se acurrucó con una mesonera era Roquetas. Y como ya saben lo que dicen de palabra de borracho, me puse a buscar la historia hasta que llegué a un joven doctor de la Universidad de Almería (UAL), Javier Soto, que había basado su tesis en el cancionero del jienense.



Javier Soto nació en Almería en 1996 y estudió Filología Hispánica en la UAL, después de hacer un par de másters, él lo dice así como el quien dobla papelillos, se doctoró cum laude investigando la literatura en la obra de Sabina. Su tesis, ’Una rosa en los callejones: la dimensión literaria del cancionero de Joaquín Sabina’, es la segunda sobre el cantante en el mundo y la única en español que aborda toda su obra.



“Desde que apareció la canción, Y nos dieron las diez, en 1992 cualquier ciudad costera en la que Sabina había estado intentó adjudicarse el título de ser el escenario. Pero el propio cantautor reconoce en una entrevista a su biógrafo, Javier Menéndez, que la obra es un compendio de las anécdotas y que la canción se basa en una chica de Lanzarote”, dijo Soto.



Entonces se escuchó un ruido sordo, era mi corazón rompiéndose en pedazos. ¿Cómo no iba a creer al doctor después de que había dedicado 700 páginas y cuatro años al estudio del cantautor? El hallazgo me dolió tanto como si mi primo pequeño me hubiera dicho que los Reyes Magos son los padres, pero es un riesgo que como buscadora de verdades asumía.



“Sabina en muchas de sus canciones utiliza la auto ficción, es decir, cuenta sucesos como si le hubieran pasado a él que no tienen por qué haberle pasado, que pudieron suceder no exactamente así o que pueden ser una mezcla de varias experiencias. Ese es el caso, precisamente, de Y nos dieron las diez”, desmenuzaba Soto al mito del seductor español, contracultura, de izquierdas y que puso a estadios de mujeres a corear sus infidelidades.



Para escribir su tesis había obviado los datos biográficos y se había centrado en el estudio de la métrica, comprender la intención de rimar ciertas palabras, ver cómo y de qué manera cuenta el artista la historia, los recursos que utiliza para ello o cómo está narrada la canción. Pero lo que no encajaba de ninguna manera era que el músico hubiera tenido un affaire en Roquetas.



“Cuando Sabina alcanzó un nivel muy alto de fama pasaba largas temporadas en sitios donde no le conocieran, como Portugal o la República Checa, o más bien aislados para componer. Varias de esas temporadas fueron en Canarias; de hecho, un reportaje titulado Joaquín y La Sabina ha explicado recientemente el viaje a El Hierro para escribir su trabajo Física y química donde se incluía Y nos dieron las díez. Pero no me consta que ninguna de ellas fuera ni en Roquetas ni siquiera en Almería”, así concluía Soto su argumentación.



Aunque la leyenda urbana se diluía yo seguía cantando los versos: “Fue en un pueblo con mar,/ una noche después de un concierto./ Tú reinabas detrás de la barra del único bar que vimos abierto”. Esta letra era el comienzo de dos éxitos españoles el de Sabina y Los Ojos de Gata de Enrique Urquijo. Su hermano explicó que Enrique se había llevado la letra en una servilleta después de encontrarse con Sabina en un bar en Madrid, que se pusieron a trabajar cada uno por su lado y con un año de diferencia batieron récords. Eso sí, nadie reclamó derechos de autor.


A lo largo de su carrera Sabina ha editado 18 álbumes de estudio y, aunque las fuentes varían, el número de canciones que ha escrito supera las 300. Soto se dedicó a analizar cada una de ellas. Lo más complicado en este trabajo para él era que había poca bibliografía escrita y que los cancioneros del artista son muy largos. Actualmente el profesor trabaja en un libro que llegará a las librerías a finales de año y que está basado en una parte de su tesis, esta vez contará la literatura de Sabina para el gran público.


De hecho hace un tiempo que se estudia la literatura de las canciones y esta no es una excepción, tan solo una anécdota. Ya en el año 2016 Bob Dylan recibió el Nobel de literatura por su cancionero. Desde la página web poemas.uned.es que acerca la poesía a más gente a través de la música varios investigadores, incluidos Soto, trabajan en un gran archivo sonoro y literario. Además en su directorio de la UAL pueden verse otras líneas de investigación sobre ciberfeminismo, Taylor Swift o Serrat.


En fin nada como hablar con un intelectual para desmitificar canciones que han sido himnos de despechos, desamores, pasiones y emociones que sólo un poeta puede expresar con palabras.


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