Conocer a Cloti es un regalo de la vida. Siempre en el Mediterráneo con el Almería, por los campos de España siguiendo al equipo, en la sede de la Peña Milhojas, o en su barrio de El Zapillo, esta almeriense que cumplirá 66 años en octubre lleva mucha historia a sus espaldas. Hija de Manuel Miras García y Antonia Padilla López, se considera “zapillera por los cuatro costados, con mucho honor”. Tiene ocho hermanos y no hay quien le quite un fin de semana disfrutando del fútbol, el deporte del que se enamoró gracias al mítico conserje Pepe Morales.
El corazón le ha dado varios avisos en los últimos años pero “por suerte he salido adelante y aquí estoy. Al principio me dijeron que no fuera a ver el Almería por aquello de los nervios, pero es que es mi pasión”. Cloti Miras nació el 28 de octubre de 1958 y siendo muy joven empezó a limpiar casas. Vivía con sus padres hasta que a finales de los 70 conoció su pareja, con la que se casó en 1981 y montó los recreativos ‘Guerrero 2’, en la calle Chile, de Ciudad Jardín; en la que estuvo desde 1990 a 1995. Posteriormente una tienda de artículos de regalo, llamada ‘No pases de largo’, porque estaba junto al puente que cruzaba las vías del tren. “Abrimos en 1996 y bajamos la persiana en 2004”, comenta a LA VOZ y Cadena SER.
Esfuerzo
La vida laboral de Cloti es más extensa, trabajando en la fábrica de pantalones de ‘Zapata’, con el dueño de ‘Danone’, y con el médico de corazón y pulmón Don Félix Sánchez. Recuerda también “ayudar a un matrimonio de San Sebastián que incluso me dejó por aquel entonces en herencia un Simca 1000”. Vinieron al mundo sus hijas Patri y Jessica, sus grandes amores y dos pilares fundamentales para ella.
Entonces apareció el fútbol y hasta el día de hoy. “Mis tíos, Pepe Morales y Pepa, me metieron en ese mundillo del deporte desde que era pequeña e iba al campo. Primero al fondo norte, luego con la Peña ‘Los Tiesos’ y luego a tribuna. En las puertas coincidía mucho con Luis Márquez, que ha fallecido recientemente. Muy buena persona”, señala. Y ahora cada vez que puede hace viajes por España siguiendo al equipo rojiblanco con la Peña Milhojas.
Complicaciones
Pero el camino de Cloti empezó a llenarse de curvas y aparecieron problemas de salud. “Yo me separé en 2005 y dos años más tarde llegó el primer infarto, cuando tenía 47 años. Me di cuenta porque me dolía un poco el pecho, luego la espalda, y me daban ganas de vomitar. Aguanté hasta que fui al médico y ya me comunicó que era un infarto. Aquella vez me pusieron los dos primeros stents en el corazón”. Se trata de un tubo pequeño y autoexpandible que se coloca en un vaso sanguíneo o arteria que se ha cerrado u obstruido, con el fin de reabrirlo y que luego se mantenga abierto.
Más infartos
Fue un susto muy grande para Cloti, una persona querida y respetada en el barrio de El Zapillo y en toda Almería. Cuando parecía que todo había quedado atrás, otro infarto: “Sí. El segundo fue en el año 2009, tenía los mismos síntomas y fui rápido al hospital. Me pusieron otros dos stents, así que eran cuatro ya”. En 2013 sufrió una angina de pecho y “me colocaron el quinto stent”. Los médicos le recomendaron dejar de fumar radicalmente, “y así lo hice”. El último en 2020, hace muy poco, “y lo pasé peor que nunca. Ahí me pusieron otros tres stents, así que son ocho en total. Me entró mucho frío y creía que iba a llegar mi hora. Estuve bastantes días en la UCI, salí adelante y aquí sigo en pie, dando guerra”.
Su hermano
Cloti ha sufrido tres infartos, una angina de pecho y le han colocado ocho stents en el corazón. En este sentido, se emociona cuando recuerda a su hermano Paco, que se fue “demasiado pronto”. Cuenta que acudió al médico de pago “y le diagnosticaron un cáncer. Murió justo once meses después del fallecimiento de mi madre, en el año 2015. Como él estaba todo el día en la lonja con el pescado pensaba que era un simple dolor de espalda, pero tras pruebas más exhaustivas detectaron la enfermedad. Fue un golpe muy duro para toda la familia”.
Especial
Pese a todos estos varapalos no hay quien le quite la sonrisa de la cara a Cloti Miras. Tiene para escribir un libro de sus batallas y también del fútbol, porque desde que Pepe y Pepa la llevaron al Franco Navarro y al Juan Rojas, el sentimiento rojiblanco ya era para siempre. “Aunque me han dado varios achaques, yo quiero seguir yendo al fútbol, y si me pasa algo pues habrá sido disfrutando de lo que más me gusta, viendo a mi Almería. Mis hijas Patri y Jessica están muy encima de mí, me apoyan mucho, y saben que ir al Mediterráneo y viajar por España me da vida”, finaliza.
Una persona que merece la pena conocer. Ejemplo de vida y de superación. Normal que sea tan querida en su barrio de El Zapillo, en la Peña Milhojas y en Almería en general.
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