Recuperación de lo que quiso ser un parque de invierno para el turismo

El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Almería va a invertir 600.000 euros para recuperar lo que antiguamente se llamó el camino de acceso al tercer recinto de la Alcazaba, bautizado después, en 1961, con los nombres de Avenida y Parque de Ramón Castilla, en honor al Gobernador civil que abrió el camino. Se trata de un escenario fundamental porque forma parte del conjunto monumental de la Alcazaba, que ha sufrido la dureza del abandono por parte de las autoridades a lo largo de más de medio siglo. 

Los trabajos que se van a realizar, incluyen otra vez la explanada del Mesón Gitano, donde nuestros ilustres políticos llevan tirando el dinero a lo largo de los últimos diez años. Allá por el año 2015, cuando con fondos europeos se estaba recuperando el Mesón Gitano y su entorno, el entonces delegado de Almería Urban, Manolo Guzmán, le dijo a todos los almerienses con la boca llena que aquella gran obra iba a poner en valor aquel maravilloso entorno, que una de las cuevas se convertiría en museo sobre la historia del Mesón que construyó el empresario Luis Batlles, que otra iría destinada a restauración y una tercera se transformaría en tienda de recuerdos y artesanía. De todas aquellas palabras triunfalistas no quedó nada y hoy nos encontramos con el abandono más absoluto y con la suciedad instalados en la explanada del Mesón Gitano y en la ladera que sube al camino del tercer recinto, lo que obliga otra vez a invertir dinero público por la inoperancia política a la que estamos condenados.

La historia del camino de acceso al tercer recinto y su entorno empezó a escribirse en agosto de 1955, cuando se organizaron en La Alcazaba los Festivales de España, un acontecimiento que sirvió para presentar oficialmente la nueva cara de la fortaleza.  El éxito social que supuso la organización de los festivales animó a Ramón Castilla, Gobernador civil, a promover la construcción del nuevo camino de acceso para que se pudiera subir en coche hasta el tercer recinto. 

En septiembre de 1958, el Gobernador puso a disposición del municipio la cantidad de quinientas mil pesetas para que se iniciaran los trabajos del nuevo camino. Antes, hubo que expropiar las últimas viviendas que quedaban en pie en esa franja del cerro, un total de veinte casas que costaron trescientas mil pesetas al ayuntamiento. Fueron nueve meses de intenso trabajo, donde se empleó mucha mano de obra, gran cantidad de picos, palas y espuertas y escasa maquinaria. El 18 de julio de 1959, día de fiesta nacional, se inauguró el camino de acceso que suponía poder alcanzar el último recinto bordeando el cerro, con la posibilidad de subir en coche.  La nueva carretera facilitó la organización, en el mes de agosto, de los Festivales de España, ya que los camiones repletos con la tramoya que requerían los espectáculos pudieron entrar directamente hasta la parte más alta de La Alcazaba. 

La construcción de la carretera trajo de la mano la puesta en valor de las laderas, que presentaban un aspecto deplorable, convertidas en zonas de vertederos, algo parecido a como están ahora. En 1960 empezaron los trabajos para embellecer el camino de acceso al tercer recinto con el fin de convertir el lugar un parque de invierno que pudiera ser un atractivo más para el turismo. Se construyeron jardines, se plantaron árboles, se habilitaron plazoletas al pie de la Torre del Homenaje y se levantó un arco de piedra y ladrillo que atravesaba la muralla que separaba la cara sur de la cara norte del monumento. Unos años después llegó al ya bautizado como Parque de Ramón Castilla, el empresario Luis Batlles con su proyecto de Mesón Gitano, que fue el sueño de una noche de verano. 

Hoy, sesenta años después, seguimos invirtiendo en una zona fundamental, seguimos hablando de poner en valor el gran escenario que se extiende a los pies de La Alcazaba, para después, una vez inaugurado, unas vez hechas las fotos y repartidos los honores, caiga otra vez en el abandono más lamentable.