De La Molineta a completar el gran Reto Sulayr

Sergio Lara García completó los 300 kilómetros en tres días y durmiendo solo dos horas

Sergio Lara visitó LA VOZ y SER tras el reto y enseñó algunas de las fotos que hizo durante el recorrido Sulayr por Sierra Nevada.
Sergio Lara visitó LA VOZ y SER tras el reto y enseñó algunas de las fotos que hizo durante el recorrido Sulayr por Sierra Nevada. La Voz
Carlos Miralles
08:51 • 07 oct. 2024

Hace dos décadas empezó a hacer camino por diferentes puntos de su tierra, Almería, y también por toda España, incluso algunas carreras por el extranjero. Porque los amantes del deporte no tienen techo y cada vez se ponen retos más complicados y ambiciosos. Antes de realizar esta entrevista con LA VOZ y Cadena SER quiere dejar claro que si bien su reto era completar el sendero en el menor tiempo posible, no se trata de una competición “o de poder más que nadie”, sino de contar una “experiencia” que le pueda servir a otros deportistas para ver que es posible poder disfrutar de un reto andando y corriendo cerca de casa sin necesidad de inscribirse a una prueba. 



Sergio Lara García (57 años), vuelve a casa tras completar el sendero Sulayr, la ruta circular de gran recorrido más larga de España que consta de 19 etapas con un total de 300 kilómetros rodeando al espacio natural de Sierra Nevada en las provincias de Granada y Almería. Es un sendero de libre acceso creado por la Junta de Andalucía en 2007.



Recorrido



El almeriense comenzó desde el Área Recreativa La Roza, en Abrucena, el jueves 26 de septiembre, a las 9:15 horas. Partía solo, portando todo el material necesario: ropa, agua, comida, luces, cargadores, GPS y una baliza de seguimiento. Lo hizo después de muchos entrenamientos y tirando de la experiencia adquirida durante años de esta práctica deportiva. La primera parada para el avituallamiento la hizo en el kilómetro 35, en el Puerto de La Ragua. “Allí tenía una bolsa que dejé el día anterior escondida con un poco de agua y comida”, señala. Comió, un mínimo descanso y continuó.



Iba a parar en el refugio Postero Alto (km 65), pero se encontraba en obras y cerrado, por lo que a partir de ahí rumbo al Centro de Visitantes El Dornajo (km 100), donde llegó tras pasar la primera noche en carrera sin dormir sobre las 9 de la mañana, 24 horas iniciado el reto “y pude parar en el bar ‘El Desvío’ pegado al sendero para cambiarme de ropa, que llevaba preparada en la mochila, cargar algo los dispositivos, comer y llevarme un bocadillo para luego seguir”.



Noches



La primera noche por la ruta Sulayr fue la más llevadera porque el cuerpo llegaba descansado, “pero conforme pasaban los kilómetros se complicaba más”. El km 167 del recorrido le llevó hasta el precioso pueblo de Capileira, donde tenía reservada una habitación en la que había dejado una mochila y esperaba un familiar que fue a su encuentro y que le iba a acompañar antes de llegar en dos tramos de la ruta, aproximadamente a las 2:40 horas del sábado 28 de septiembre. Allí se duchó, se cambió de ropa, cargó de nuevo los dispositivos, comió y durmió algo más de una hora, hasta las 5:25 h.



A seguir

Con la madrugada llamando a la puerta puso rumbo a Trevélez ya en solitario (km 185). “Llegué sobre las diez de mañana, desayuné, compré comida y seguí caminando 60 kilómetros hasta el 245, donde el sendero cruza la Carretera de La Ragua–Laroles”. Allí quedó sobre las 1.30 de la mañana con su mujer y con dos amigos que le acompañarían en los tres últimos tramos de la carrera para la entrega de ropa y comida. Pensaba dormir en el coche una hora pero decidió continuar. Y entonces llegó la etapa final llegando primero hasta El Cerecillo, pasando después por La Polarda, donde antes de llegar fue necesario por el cansancio físico y mental parar y dormir alrededor de una hora, y final en La Roza, en Abrucena, a las 18:09 y tras las casi 81 horas de ruta.


Datos

Caminó y trotó un total de 80 horas y 54 minutos y durmió 2 horas en tres días. “En estas rutas largas hay quien decide pasar la noche y descansar más tiempo, pero a mí me bastaba con muy poco y continuaba. Estar tanto tiempo sin dormir se hace muy duro, el cansancio físico y mental va bajando la media de kilómetros al día, empiezas a alucinar, el cerebro te hace ver cosas que no existen, pero no es algo negativo, lo asumía como parte del reto. En esas circunstancias se puede disfrutar del camino, de los amaneceres, los atardeceres o un cielo espectacularmente estrellado, y es una pena que solo me encontrara a un grupo de tres personas durante esos días. Habría que cuidar y promocionar más la ruta Sulayr”.


Recursos

Sergio señala que saber administrar los recursos y mantenerse positivo es clave para completar los 300 kilómetros: “Llevaba una mochila de 20 litros más un cinturón con dos litros de agua, además de una botella con filtro y potabilizador. Me había preparado un listado con las fuentes y arroyos de cada etapa pero no sabía cómo me las iba a encontrar. En la cara norte no hubo problema y había agua como estaba previsto, pero en la vertiente sur me encontré con fuentes sin agua y arroyos secos. Para mí era más importante el agua que la comida. Suerte que no hicieron unos días especialmente calurosos y en ningún momento me supuso un gran problema. Intenté llevar la mayoría de comida sólida y también barritas energéticas y geles que me aportaban la energía para continuar, aunque después de tantas horas casi no entra nada en el estómago”.


Especial

Uno de los mensajes que quiere dejar Sergio Lara tras haber completado la ruta Sulayr es que

 “el sendero es espectacular pero, si bien la mayoría de los tramos están señalizados, otros no tanto por escaso y deteriorado balizamiento. También hay tramos “desaparecidos” que me hicieron  perderme a pesar del GPS varias veces y otros con  mucha maleza y pinchos que hace muy difícil la progresión complicándose mas su seguimiento de noche al existir un mínimo de balizas reflectantes”.


Y como parte positiva, naturaleza pura, los paisajes y la fauna: cabras montesas, vacas “salvajes”, jabalís, aves rapaces, etcétera. además de “disfrutar la primera noche de la berrea del ciervo que fue increíble”. Fueron algo más de 11.000 metros de desnivel tocando techo el sendero en el Refugio Peña Partida, a 2.500 metros de altitud, también cerrado: “Tienes que llevar guantes, chaqueta y mallas térmicas porque por la noche hace bastante frío. Llevaba manta de supervivencia y hasta un saco de emergencia y un botiquín por si me pasaba algo, pero por suerte todo fue genial”.


Localizado

Gracias a una aplicación que iba por satélite iba marcando su posición exacta cada media hora por si había contratiempos. “Al final solo terminé con dolor en la plantas de los pies, pero las rodillas, que llevo mucho tiempo con molestias, mejor de lo esperado. El hecho de poder estar localizado en cada momento te da mucha tranquilidad. Hasta puse una nota en mi coche diciendo que estaba de ruta”.


Orgullo

A sus 57 años Sergio Lara apostó por la ruta Sulayr y la completó con éxito. Lo ideal sería hacerlo en grupo, principalmente por seguridad. Yo lo hice solo 14 de los 19 tramos, unos 225 km, porque en un principio iba a hacerlo con más gente que no pudo venir a ultima hora, mismo motivo que el tener solo una asistencia; la compañía, cualquier ayuda, llamadas y mensajes son una ayuda inestimable para poder finalizar el recorrido. 80 horas y 54 minutos para completar 300 kilómetros con solo dos horas de sueño.


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