¿Qué municipio se va a convertir en otra capital de Almería?

Carta del director

Vista aérea del municipio de Vera
Vista aérea del municipio de Vera La Voz
Pedro Manuel de la Cruz
21:18 • 12 oct. 2024 / actualizado a las 23:58 • 12 oct. 2024

No se pongan nerviosos los ayatolás del puertapurchenismo. Almería es capital y va a continuar siendo la Capital, pero el desarrollo de otras comarcas está difuminando la vieja estructura radial de la provincia, favoreciendo la consolidación de otros núcleos capitales en población y desarrollos socioeconómicos. Roquetas de Mar y El Ejido ya lo son y, a la vuelta de unos años, quizá no más de diez, otra comarca hará carne de realidad sus actuales potencialidades. A Almería, Roquetas y El Ejido se le unirá Vera como centro de comunicaciones y desarrollo, no solo de ese municipio- y esto es muy importante-, sino de los de todos los del Levante y el Almanzora. De ese y otros futuros de la provincia reflexionó el presidente de la Diputación en la conversación que mantuvimos hace unos días.



Las causas de este razonamiento se fundamentan en la llegada del AVE y en su situación geográfica, pero, también, en el sentimiento histórico de los municipios que configuran esa comarca como un espacio convergente en el que las singularidades se complementan en una razonable armonía, alejándose de la idea aldeana que percibe al vecino del pueblo de al lado como un enemigo y no como un aliado.



Hace ya algunos años, cuando Cosentino comenzaba a ser lo que ya es hoy, su creador me hizo una confesión que, entonces, se me antojó una quimera más propia de la extravagancia de un visionario que de un emprendedor que ha creado más de cinco mil puestos de trabajo.



-Pedro, te lo digo hoy y no pararé de repetirlo: La autovía del Almazora tiene que dejar de ser percibida como una carretera y pasar a ser percibida como una calle que articula y une a todos los municipios. Ese es el futuro.



Han pasado más de veinte años desde aquella noche de confidencias y la autovía, que entonces no había traspasado el limbo inconsistente de una aspiración, es hoy una realidad más cerca de esa percepción de calle, que de vía de tránsito.



La vieja política de campanario que tenía en el santo patrón y en el equipo de futbol de cada municipio sus señas de identidad, ha saltado por los aires. Antes, ir desde Zurgena a Macael era hacer un viaje; hoy, recorrer cada mañana la distancia que separa Huércal Overa de Cantoria ocupa menos tiempo que ir de Vallecas a Argüelles.



Si ahora es la autovía la que ha derrotado el aldeanismo, dentro de unos años será la llegada del AVE a la frontera entre Vera y Garrucha la que generará sinergias complementarias entre todos los municipios del Levante y el Almanzora.



La parada del AVE en Vera supondrá un impulso para este municipio del que todavía no hemos alcanzado a ver su magnitud. El AVE traerá pasajeros, pero, además, generará un dinamismo socioeconómico imparable. 


Las personas quieren ser felices y esa legítima aspiración tiene en el levante almeriense un espacio difícilmente superable. Autovías y trenes que las unen en poco más que una hora con Almería, Granada y Murcia y con sus aeropuertos, un clima excepcional, el carácter hospitalario y cálido de sus gentes, playas atractivas, urbanizaciones y complejos de lujo, campos de golf y suelo a un precio (todavía) no disparatado… y todo, sin aglomeraciones insoportable, degradaciones medioambientales y turismo de bajísima calidad e inquietante inseguridad, circunstancias todas que dificultan ese bienestar a que aspiran los ciudadanos. 


Quienes se reían con insolente estupidez de César Martín Cuadrado cuando apostó por convertir las playas de Vera en un acogedor centro naturista, o han considerado unos iluminados a todos los alcaldes, de un partido o de otro, que han desarrollado urbanísticamente toda la zona de Vera Playa habría que preguntarles su opinión ahora. Y es que ya lo advirtió don Antonio Machado cuando escribió que, en España, "de diez cabezas, nueve embisten y una piensa".


La llegada de miles de habitantes, de hospitales privados (ya hay alguna propuesta de grupos nacionales), de centros educativos o de áreas comerciales y de servicios a Vera y los pueblos cercanos, solo es cuestión de tiempo.


Como eso va a llegar, haría bien la sociedad civil de esos municipios creando espacios compartidos en los que reflexionar sobre cómo incentivar sus actuales desarrollos- que los tienen- no aislándose en inútiles aldeas turísticas, industriales, agrícolas o residenciales, sino elaborando una estrategia de complementariedad en la que nadie va a perder porque todos van a ganar.


Los escasos kilómetros que separan Huércal-Overa, Cuevas, Vera, Garrucha, Antas, Los Gallardos, Mojácar o Turre deben unir, nunca separar. El Hospital público de Huércal, el polígono industrial de Antas, la potencia urbanística de Vera, la elegancia de Garrucha, el imbatible atractivo de Mojácar o el reclamo internacional que va a ser Macenas componen un mosaico de extraordinarias posibilidades de presente y de futuro.    


El objetivo es muy sencillo: solo hace falta asumir desde la inteligencia y el compromiso que uno solo puede ir más rápido, pero todos juntos llegarán más lejos. 


Pónganse a la tarea que el futuro espera a la vuelta de la esquina.        


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