El cerebro y el sistema nervioso son la base de nuestra identidad; esa centralita donde se cuece aquello que nos hace ser quienes somos. Es por esto por lo que gran parte de la población teme envejecer y perder aquello que la caracteriza. El deterioro cognitivo es una realidad presente en nuestro día a día hasta el punto de que se ha llegado a hablar de una 'crisis del alzheimer'.
Al respecto y según datos del último informe realizado por Sanitas, el 42,7% de los españoles conoce a alguien cercano que sufre de dicho mal. Sin ir más lejos, se trata de una de las principales causas de muerte en Almería, con casi 50 muertes en los últimos tres meses de 2023. Sumada a esta patología, el deterioro cognitivo también provoca otras enfermedades como demencia senil, demencia frontotemporal, demencia con cuerpos de Lewy o el deterioro asociado al parkinson, entre otras.
Es por esto por lo que el Ayuntamiento de Almería y la asociación Neurodem han organizado este mes de octubre la tercera edición del Mes del Cerebro, con la intención de concienciar a la población y así evitar la detección tardía de estas enfermedades, que cada vez aparecen en un mayor porcentaje.
Incentivada por el estilo de vida actual
"Es verdad que ha crecido el número de casos con deterioro cognitivo en Almería, pero también lo es que cada vez hay más ancianos. A partir de los 65 años el 5% de los españoles sufre de demencia. A partir de los 80, el porcentaje sube a un 20%", apunta Antonio Huete, jefe del Servicio de Neurocirugía en el Hospital Universitario de Torrecárdenas.
Aunque el deterioro cognitivo siempre se ha vinculado a una edad avanzada, "cada vez es más frecuente encontrar diagnósticos en personas más jóvenes de lo que cabría esperar". Así lo confirma Chelo Barranco, enfermera de la unidad de Gestión Clínica Neurológica de Torrecárdenas, quien añade que "nuestro actual estilo de vida, con todo el estrés que lo acompaña, tiene mucho que ver" con la decadencia del cerebro, así como el alcohol, las drogas y el tabaco. La almeriense hace hincapié en la importancia de un diagnóstico temprano: "No hay necesidad de crear alarma, pero ante fallos de memoria no cuesta nada consultarlo con el médico de atención primaria".
La receta de la prevención
En cuestión del deterioro cognitivo no hay un tratamiento farmacológico modificador de la enfermedad. "Sí se están realizando ensayos clínicos y sí hay algunos que ayudan a retrasar el curso de la actividad, pero donde los sanitarios hacemos más hincapié es en los hábitos y actividades que pueden ayudar a ralentizar los síntomas", explica Barranco. Al respecto, Huete subraya también la importancia de que las entidades públicas y privadas incentiven programas que ayuden a mantener una vida intelectual y emocional activa.
La alimentación, el ejercicio físico y mental y la socialización son los tres ingredientes clave de la receta de la prevención. Sobre el primero, Huete afirma que "mantener una dieta mediterránea como la almeriense es vital para reducir la probabilidad de sufrir de alzhéimer y similares". "Comer verduras, pescado, aceites y legumbres es muy recomendable, al igual que también aconsejamos evitar los procesados y las grasas saturadas", enumera la enfermera. "También ejercitar el cuerpo de manera frecuente es una forma muy eficaz de prevención, incluso si es salir a andar todos los días un rato".
Pero si hay un aspecto en el que ambos concuerdan por completo es en la relevancia de estimular el cerebro: "Recomendamos siempre hacer crucigramas, pasatiempos, hacer cursillos para el trabajo, estudiar o leer. Jugar a las cartas o al dominó también son actividades muy agradecidas", enumeran. El neurocirujano llama la atención especialmente sobre el aprendizaje de idiomas: "Está comprobado que las poblaciones que hablan dos o más lenguas sufren de un menor deterioro cognitivo que las que solo saben uno". Asimismo, también recomiendan hacer teatro, manualidades, leer poesía o atender a conferencias.
La adopción de dichos hábitos de vida no solo ayudará a ralentizar el deterioro cognitivo, sino también la obesidad, la diabetes, la hipertensión o el colesterol, factores de riesgo que, a su vez, pueden provocar alzhéimer y demencia.
Socializar y ser felices
El ingrediente especial, el que hace del conjunto una receta efectiva, es la socialización. "Sin una vida social activa el resultado final falla. Hay que salir a la calle, ver el sol y hablar con la gente", afirma Barranco. Mientras, Huete lo reduce todo a una cuestión: la felicidad. "Una persona feliz tiene infinitamente mucha menos probabilidades de caer que una que no lo es. Tenemos que ser personas transmisoras de felicidad a nuestro entorno y conseguir así una sociedad más sana", sentencia.
Fotografía de NewAfrica descargada de www.depositphotos.com
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