En un día significativo para recordar, miles de almerienses se han congregado en el cementerio de San José y Santa Adela para rendir un solemnísimo homenaje a sus seres queridos. Este Día de los Santos se ve ensombrecido por el profundo dolor que han dejado los devastadores efectos de la dana que ha azotado al país en los últimos días. A pesar de que el sol brillaba con fuerza en el cielo de la provincia, las sombras de la tragedia se reflejaban en las conversaciones de aquellos que acudieron al camposanto.
Durante esta jornada, el cementerio almeriense se convirtió en un espacio de encuentro y reflexión, donde almerienses de diferentes generaciones se entrelazaban entre el duelo, la reconstrucción y la esperanza de la continuidad de la vida.
Los vendedores de flores cubrían de color y de un fresco aroma sus puestos, esperando la llegada de aquellos que ataviados con bayetas y cubos de agua acudían prestos para cumplir con el ritual de limpiar los nichos y depositar en ellos nuevos adornos florales. Muchos de estos ciudadanos se dan a esta liturgia una o dos veces al mes. Sin embargo, el ambiente que se respira durante el Día de Todos los Santos es diferente. El gentío, el trasiego y el color rompen la atmósfera trágica del camposanto para compartirla en un lugar más amable y familiar.
De las conversaciones que se escuchan entre los pasillos plagados de nichos se deslizan saludos efusivos, de esos que sólo ocurren cuando pasa una larga temporada sin realizarlos. Los niños saludan a sus abuelos fallecidos con la cercanía del día a día, mientras los mayores friegan las lápidas.
La monotonía cromática de los negros, blancos y grises que componen las losas funerarias tornan en vivos tonos propiciados por los adornos florales. Algunas personas se dejan llevar por el catálogo de plantas a la venta dispuesto a las puertas del campo santo, otros sin embargo, rinden honores florales a los que ya no están con flores escogidas específicamente. "A mi madre siempre le gustaron los flores rojas, y esas son las que traigo todos los años".
En recuerdo a los que se llevó la Dana
A las 12:00 horas, el obispo de Almería, Antonio Gómez Cantero, ofició una misa en el jardín del Cementerio de San José y Santa Adela de Almería. En su homilía, el prelado tuvo palabras de recuerdo para todas aquellas personas que perecieron o resultaron gravemente afectadas por los efectos de la dana.
A estas condolencias, también se unió la concejala de Obras Públicas, Mantenimiento, Accesibilidad y Economía Azul, Sacramento Sánchez. En su intervención, la edil capitalina ha agradecido a los almerienses “el comportamiento ejemplar que demuestran cada año” en una jornada “de respeto y recuerdo a nuestros seres queridos que ya no se encuentran con nosotros”. Asimismo, Sánchez ha recordado que, el 2 de noviembre, se celebrarán misas en el cementerio de La Cañada, a las 16.30 horas, en el de Cuevas de los Medinas, a las 11.00 horas, y en el de Cabo de Gata, a las 17.00 horas.
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