¿Cómo se llamaba antes Almería? El nombre que no todos los almerienses saben

Hay un dicho que dice que “Cuando Almería era Almería, Granada era su alquería”. Y es que mucho antes del esplendor del Reino de Granada, Almería era considerada como una de las grandes regiones de al-Ándalus y uno de sus puertos más importantes. Pero, ¿cómo se llamaba entonces Almería?

Al contrario de lo que muchos pueden creer, hay dos nombres a los que tradicionalmente se ha asociado el origen de la ciudad de Almería que no se corresponden con la ubicación de la que hoy es la capital de la provincia almeriense. 

Así, ni Almería se llamaba antes Urci, nombre romano que correspondería a la actual Benahadux (o más concretamente, a lo que hoy es la barriada de El Chuche) y que en su gentilicio ‘urcitano’ se utiliza como sinónimo de ‘almeriense’, ni se llamaba antes Bayyana, nombre musulmán que correspondería a la actual Pechina. Sin embargo, este último topónimo sí que guarda una relación más directa con el origen de Almería.

Bayyana fue la capital de la que fue la república marítima homónima en los primeros siglos del emirato de Córdoba. Tras su disolución, se formó la cora de Bayyana, incorporada al califato omeya. Una vez llegó al poder el califa Abderramán III (929), este consolidó las defensas de la ciudad, construyendo en 955 una atalaya, la al-Mariyyat Bayyana, traducida en ocasiones como “la atalaya de Pechina” y en otras como el  mucho más poético “espejo del mar”.

Esta construcción sería el germen de lo que más tarde sería la Alcazaba de Almería y en torno a la cual se irían realizando nuevas construcciones hasta formar un barrio marítimo de Bayyana al que poco a poco se trasladarían los poderes políticos, económicos y militares, en detrimento de la anterior capital, y convirtiéndose en una de las ciudades más importantes de al-Ándalus, que, ya incorporada en los siglos bajomedievales al Reino Nazarí de Granada, quedaría como uno de los últimos reductos del dominio musulmán en la península Ibérica antes de su reconquista definitiva por parte de los Reyes Católicos.

Con el paso del tiempo, esta al-Mariyyat Bayyana fue perdiendo una parte de su nombre, evolucionando la que se mantuvo, al-Mariyyat, fonéticamente hasta castellanizarse con el nombre de Almería con el que todos la conocemos hoy en día.