Los Premios Duna del Grupo Ecologista Mediterráneo cumplen 38 años desde que en 1986 fueran instituidos como reconocimiento a personas, colectivos, empresas o instituciones que ofrecen su contribución a la defensa del medio ambiente almeriense, la correcta gestión de los recursos naturales, la búsqueda de modelos de desarrollo sostenible y el compromiso por alcanzar un mundo mejor y más justo para todos. Como cada año la elección se hace pública en la Festividad de los Reyes Magos, por lo que representan y porque, desde su inicio, incluyen también la Mención Carbón, que señala a quienes con su actividad o su posicionamiento ponen en riesgo los valores ambientales, la defensa de nuestro entorno o nuestro patrimonio.
En la asamblea celebrada el pasado mes de diciembre se eligieron, de entre las candidaturas presentadas por los socios del GEM, los tres premios de esta edición, que abarcan un amplio abanico de trabajos y propuestas. Trayectorias que recogen iniciativas educativas con menores, la defensa de una alimentación más saludable con productos de proximidad y autóctonos o el posicionamiento de científicos contra las actividades peligrosas contra la fauna que habita y se reproduce en el Parque de Rescate de la Fauna Sahariana de la EEZA-CSIC en Almería.
Premio Duna a la Eco escuela (CEIP) Federico García Lorca.
Situada en la pedanía pulpileña de La Fuente, se puso en marcha en el año 2010 y, desde entonces, ha desarrollado un modelo educativo basado en el respeto por el medio ambiente y los valores sociales. Actualmente estudian en este centro más de 250 niños y niñas que, además de las asignaturas clásicas, desarrollan proyectos que abarcan desde la cultura del ahorro a la recogida de residuos o la correcta utilización de la energía.
La Eco escuela, que en estos años ha recibido numerosos premios por su labor, se ha convertido en ‘agente de cambio’ para el conjunto del municipio al colaborar activamente con organizaciones sociales e instituciones de la comarca, generador de informes de protección del entorno o los recursos o algo tan importante como buscar la complicidad de cientos de familias que, con el ejemplo de los menores, están aprendiendo que no hay mejor forma de vida que aquella que busca la armonía con la naturaleza. Esa es la tarea que se han impuesto para hacer del mundo, de su mundo, un espacio más amable de convivencia, de empatía, de sostenibilidad y de justicia social a todos los niveles.
Premio Duna a Yolanda García.
Chef estrechamente vinculada al territorio almeriense. Impulsora del proyecto 'Gastroconciencia' que promueve la incorporación a la alta cocina de valores como: sostenibilidad, dignidad laboral, investigación de los recursos del entorno o alianzas con productores locales. Reivindica y aplica la utilización de productos procedentes de la pesca local y artesanal y de la ganadería y la agricultura ecológica, una labor que le ha valido un amplio reconocimiento por parte de la opinión pública y del mundo de la gastronomía.
Para Yolanda García su proyecto significa poner en valor cultura, tradición, personas e ingredientes que conectan al ser humano con sus orígenes y con la naturaleza. Un modelo alimentario que desarrolla en colaboración con profesionales tan destacadas como Lola Gómez (Clisol Agro), Maribel López (ingeniera agrícola) o Mary Anne Kunkel (coautora del libro “Malas hierbas de Almería y su importancia económico-agrícola”), además de su vinculación con la asociación AlVelAl, que defiende la producción ecológica y sostenible para ofrecer a los consumidores productos de alta calidad y bajo impacto. Cuestiona el despilfarro, por lo que tiene de mala gestión de los recursos naturales o la lamentable paradoja del creciente problema de la obesidad mientras millones de personas siguen pasando hambre en el mundo.
Ha tenido especial trascendencia y proyección pública su puesta en valor de las plantas silvestres comestibles de las sierras de nuestra provincia (como la acedera, las borrajas, verdolagas, berros, bledos, cardo borriquero u ortiga, entre otras), lo que ha derivado en recibir el cariñoso apodo de la “chef de las malas hierbas”.
Premio Duna al Equipo Científico del Parque de Rescate de la Fauna Sahariana
Para el Grupo Ecologista Mediterráneo es siempre un motivo de satisfacción que la comunidad científica se posicione públicamente ante problemas que afectan a la biodiversidad o al complejo equilibrio ecológico que mantenemos en la actualidad. Es el caso del equipo de científicos que trabajan en el Parque de Rescate de la Fauna Sahariana, una instalación que lleva más de sesenta años trabajando para evitar la desaparición de especies de ungulados, como la Gacela de Couvier, la Gacela Mohor o el Arruí, logrando su reproducción para posteriormente reintroducirlas en sus territorios originales en el norte de África, un proyecto desarrollado con gran éxito.
El premio DUNA 2024 se les concede por dejar patente su compromiso ante los planes del Ayuntamiento de Almería de organizar varios conciertos en el nuevo Parque de la Hoya, colindante con la zona que ocupan estos y otros animales. Los científicos alertaron que esos conciertos podían afectar negativamente a los ungulados, sin que sus advertencias tuvieran efecto en los organizadores. Celebrado el primer concierto cinco gacelas y arruís murieron como consecuencia (según consta en las autopsias practicadas), por lo que el GEM señaló en aquel momento (verano de 2024) que no se podía hablar de ‘error’ ni de ‘accidente’, sino de un claro caso de negligencia ante un riesgo previamente conocido. Tras el triste suceso la dirección de la Estación Experimental de Zonas Áridas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (EEZA-CSIC) hizo pública una nota lamentando que se hubiera ignorado el citado informe, que sugería trasladar esos conciertos a otros lugares. Hoy en día el Ayuntamiento sigue tratando de dar explicaciones vanas y nadie, hasta ahora, ha pedido perdón por lo ocurrido.
El Carbón se va a la alcaldía
Carbón 2024 a la alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez Agüero. Como máxima responsable de políticas municipales que con frecuencia no tienen en cuenta el medio ambiente ni los impactos de actuaciones que incluso contravienen normas de obligado cumplimiento en la gestión del día a día. En los últimos años han proliferado actividades que generan un fuerte impacto sobre el entorno o sobre los ciudadanos y que han llegado a soslayar las leyes sobre protección.
Es el caso de macroconciertos como el Dream Beach, que se celebró al pasado verano a escasos metros de la urbanización de El Toyo y para el que llegaron a suspenderse normativas como la de ruidos ‘temporalmente’, es decir mientras se celebraba el festival, mientras se desoyó la voz de los vecinos. O el programa de conciertos en el Parque de La Hoya, junto al Parque de Rescate de la Fauna Sahariana, ignorando la advertencia lanzada desde la EEZA-CSIC de los daños a los animales que allí habitan, con el resultado de cinco animales muertos, sólo con el primer concierto.
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