Un doble de Franco y la ciudad subterránea: leyendas urbanas de Almería

Recopilación de historias de dudosa credibilidad de Almería

Las mejores leyendas urbanas de Almería.
Las mejores leyendas urbanas de Almería. La Voz
José Ángel Pérez
18:49 • 12 ene. 2025

Pensándolo bien, la verdad es que las leyendas urbanas vienen a ser buena parte de la sal de nuestra vida. A todos nos gusta escuchar teorías absurdas y disparatadas sobre hechos extraños, presencias paranormales, fantasma u otros casos misteriosos que bien nos gustaría creer que puedan ser ciertas, sobre todo si es un amigo o amiga, un familiar o conocido, quien no lo cuenta asegurando que la historia la ha vivido de primera mano, lo que propicia que así sea más fácil de creer.



¿Alguien sabe algo de algo?



Según se comentó, en los primeros días de la Feria de Almería de 1989, el súbdito belga André Wherte, de veintidós años de edad, se disponía a regresar al apartamento donde estaba alojado en Retamar cuando vivió una singular y extraña experiencia que fue muy comentada durante semanas, especialmente en los bares y chiringuitos de la playa retamera. El joven había pasado el día en San Jose, disfrutando del sol y la playa en Los Genoveses degustando con unos compatriotas a media tarde una exquisita paella en El Botín del Cojo. Al irse el sol decidió regresar a Retamar donde le esperaban sus padres y su hermana menor. Cogió el coche que lo tenía aparcado cerca del club náutico y emprendió la marcha. Puso la radio a tope y cuando ya había recorrido unos ocho o diez kilómetros divisó a lo lejos a una persona joven con mochila al hombro haciendo gestos de auto stop. Aunque no tenía costumbre de parar a nadie, le apetecía conversar con alguien. Al detener el coche comprobó que era una muchacha, muy guapa y vestida a estilo hippy. La joven hablaba en francés y de inmediato se entendieron, Comenzaron hablando del tiempo, del paisaje, la playa y el muchacho mientras la escuchaba pisaba a fondo el acelerador rebasando los 130 kilómetros. La muchacha le dijo que tuviese cuidado que iba muy rápido y empezó a explicarle que hacía unos años había sido víctima de un accidente en una de las curvas más peligrosas en este recorrido, cuando, de repente, se calló.






André estaba concentrado en la carretera y tardó unos segundos en observar como la mochilera ya no estaba en el asiento de su coche. Se detuvo y bajó del coche. La estuvo buscando, pero no encontró ni rastro de la misteriosa joven. No había oído que la puerta se abriera, y cuando paró el coche se dio cuenta de que estaba bien cerrada. Inquieto y nervioso, volvió a San José para dar parte a la Guardia Civil de lo que le había ocurrido, pero el cabo de guardia le dijo que no era necesario, que al menos una vez a la semana, sobre todo durante la temporada turística, aparecía la misteriosa mochilera para advertir a los conductores que no corrieran demasiado. ¿Resultaba mucho más efectiva que el disco de limitación de velocidad? ¿Debemos aceptar el relato de André como un hecho real? Muchos dirían que no: la historia no fue corroborada por ningún otro testigo, y se apoya únicamente en la palabra de un solo individuo, con la única excepción de la experiencia de su declaración a la Guardia Civil ¿Esto de verdad ocurrió? ¿No es más bien una versión “verano” de la clásica chica de la curva? Hace 35 años que escuchamos esta historia y la verdad, es que muchos nos lo creímos.



¿Hubo un doble de Franco en el Castillo de San Telmo?



Personalmente esta leyenda la he escuchado de pequeño en infinidad de ocasiones. Fueron los comienzos de disparar atadas historias, como la del hermano de Burt Lancaster de Almería- incluso el periodista Tico Medina lo incluyó en su libro “Almería al sol” o que Walt Disney había nacido en Mojacar sin olvidar las apariciones de la virgen María en una cueva de Terque. La gente, alimentaba el rumor de que el doble del general Franco estaba oculto en el castillo de San Telmo. Rumor que más de una vez muchos setentones almerienses lo sintieron alguna vez y muy en especial después de que se estrenase la película “Espérame en el cielo” que va sobre la existencia de un suplantador de Franco. El faro y castillo de San Telmo, está ubicado en la cima de un promontorio que se levanta a más de 77 metros de altura. La historia del faro y su castillo en sí, según los rumores extendidos entonces durante los años cincuenta, albergaban entonces una dotación de la Benemérita, se sumó al extenso rumor extendido en toda España de que el general Franco, como tantos otros líderes políticos europeos-incluso ahora se habla del venezolano Maduro- tenía un doble para sustituirle ante los numerosos actos que solía presidir.



La mujer de luto vista en un hospital

Todo tiene la pinta de tratarse de una leyenda urbana muy repetida o la del clásico bromista de mal gusto que casi todos conocemos especialista en contar este tipo de cosas. Cuentan que, en un hospital de la provincia, no voy a precisar el nombre, aunque se sospecha de cual se trata. se cuenta la historia que una mujer de avanzada edad, de pelo blanco y vestida de riguroso negro se aparecía a los enfermos hospitalizados que estaban próximos a fallecer. Se cuenta que estos cuando la veían aparecer por la puerta de la habitación comenzaban a gritar desaforadamente, chillando de miedo. Según cuentan, esta “fantasmal” anciana fue vista también por algunos/as enfermeras del centro hospitalario e incluso personal del centro se llegaron a tropezar con ella en el ascensor o se llegaron a cruzar por los pasillos de la planta. Ahí lo dejo.


La ciudad subterránea de Níjar

No es fácil acceder a las calles que existen bajo Níjar. El respeto a una misteriosa leyenda y el olvido del tiempo hacen complicado que sus habitantes cuenten cosas sobre el tema tal como el origen de los túneles en la época árabe. Debajo de la Atalaya, la torre defensiva, comenzaba una galería que tenía como fin la huida en caso de ataque. Como se podía acceder a los principales edificios del pueblo, enseguida se avisaba a todos los habitantes. Incluso un túnel llevaba hasta las afueras del pueblo, a una zona conocida como el Hualix al lado del acceso a la Autovía del Mediterráneo.


También los túneles servían como estrategia de ataque a los musulmanes. Cuando avistaban a los enemigos desde la Atalaya se metían por los túneles y salían bajo la actual Cruz de los caídos. Las urbanizaciones de Níjar y la creación de pozos negros, tuberías y alcantarillas hacen ya inaccesible a la mayoría de ellos, pero se dice, que desde la sacristía de la Iglesia de Níjar es posible entrar a una parte del antiguo trazado de galerías. Tras una puerta olvidada, se accede a un sótano según cuentan, tienen archivos secretos que podrían aclarar todo lo misterioso que conlleva la ciudad subterránea de Níjar


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