Jonathan Moya González, el presunto asesino de la pequeña onubense Míriam Cuerda, volverá a sentarse en el banquillo de los acusados el próximo 6 de febrero. El Juzgado de lo Penal número Cinco de Almería examinará su presunta implicación en un caso de apropiación indebida, según informaron a LA VOZ fuentes judiciales.
Moya completará la lista de causas pendientes con la Justicia que arrastraba antes de su detención en diciembre de 2012 acusado de la muerte del bebé de 16 meses, que se ventilaron con condenas entre febrero y abril del pasado año.
En las vistas celebradas en la Ciudad de la Justicia de Almería Jonathan Moya acumuló tres condenas de prisión por fraudes en la compra y venta de vehículos de segunda mano entre los años 2009 y 2019. Las sentencias suman penas de prisión superiores a los cinco años, además de importantes sanciones económicas en concepto de responsabilidades civiles. Ahora tendrá que enfrentarse a un nuevo juicio.
Curiosamente el asunto se estudiará en el mismo penal donde compareció por última vez. En aquella ocasión ni siquiera trató de defenderse y aceptó una condena de dos años por apoderarse en febrero de 2009 de un turismo valorado en 10.000 euros.
Traslados de cárcel
Por otra parte, el juicio del próximo 6 de febrero en el Penal número Cinco supondrá también el regreso de Moya a la provincia de Almería tras varios traslados de prisión por motivos de seguridad.
El presunto asesino de Abrucena fue arrestado en el cortijo de su padre, muy cerca del municipio de Fiñana, el 28 de diciembre de 2012. Tras su paso por el Juzgado de Instrucción número Tres de Almería, ingresó en el centro penitenciario de El Acebuche en régimen de aislamiento para prevenir posibles agresiones de otros internos.
Sin embargo, Jonathan Moya no duró mucho en el centro penitenciario de Cuevas de los Medina. Poco después fue trasladado a Albolote (Granada) y tras varios incidentes con internos, Instituciones Penitenciarias aprobó su paso a la cárcel de Herrera de la Mancha, en Ciudad Real, donde ha permanecido los últimos meses. Su abogado, José Ramón Cantalejo, ha mostrado su malestar por esta situación que ha dificultado el contacto con su representado.
En este periodo de ‘ausencia’, la instrucción judicial ha avanzado sustancialmente en las pesquisas sobre los instantes posteriores al secuestro de Míriam Cuerda en una carretera cercana a Alboloduy el 20 de diciembre de 2012. Los informes de la Guardia Civil han desmentido la versión de la implicación de terceras personas vinculadas a un grupo mafioso, aportada por Moya ante el juez instructor Jesús Miguel Hernández.
Acusados
Además, los agentes de la Policía Judicial han aportado pruebas sobre los contactos telefónicos realizados por el principal sospechoso en los días de la búsqueda de la pequeña en la Comarca de Nacimiento. Según estas informaciones, los mensajes incriminarían a Moya como autor material de la muerte (un fuerte golpe en la cabeza, según los forenses) y a un amigo, Raúl Ríos, como presunto encubridor.
No obstante, la defensa de Ríos (quedó en libertad por estos hechos) ha aducido errores en la data de los mensajes y su entorno familiar apunta a una “manipulación” de los mensajes para implicar al joven.
En una carta enviada por Moya a la familia, el presunto asesino se disculpó por mencionar a Ríos en las declaraciones, mientras la acusación particular e
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