En la presunta trama de corrupción continuada que durante más de una década expolió las arcas del Ayuntamiento de El Ejido a través de la empresa mixta Elsur y los contratos de servicios municipales figura un personaje con nula identidad mediática pero con un papel protagonista en el ‘saqueo’.
José Amate Rueda, exdirectivo de Abengoa y director de explotación de Elsur hasta 2006, es señalado por la investigación judicial del Caso Poniente como la persona que más dinero se llevó de Elsur, con la participación activa de su entorno familiar (mujer, hijos y yernos). Su beneficio fue de 24 millones de euros en siete años, de 2002 a 2009, que es el periodo que alcanza el procedimiento abierto en el Juzgado de Instrucción 2.
El informe pericial definitivo aportado al sumario por la Agencia Tributaria no solo pone cifras al presunto desvío de dinero que procedía, en última instancia, del Ayuntamiento. También detalla cómo funcionaba, basándos en declaraciones judiciales de testigos, documentos e informes oficiales y bases de datos fiscales de la propia AEAT.
Sin estructura
Amate Rueda, de ascendencia almeriense pero afincado en Sevilla, creó y controló, incluso después de su jubilación, un entramado de sociedades mercantiles que subcontrataban servicios con Elsur. Pero estas sociedades, lejos de funcionar como auténticas empresas que desarrollaban un trabajo y tenían unos gastos de explotación, se limitaban a poner trabajadores que utilizaban las oficinas, vehículos, maquinaria, herramientas, teléfonos y organización del propio Elsur.
Por este método, las distintas sociedades instrumentales de los Amate -que se iban sucediendo unas a otras con el mismo objeto social y las mismas personas- facturaron a Elsur 53 millones (46 millones + 6,9 por IVA). Y sus gastos, según los peritos, se limitaron a 19 millones en personal. Así, sin estructura ni medios propios, con una inversión mínima (el capital social de 3.000 euros) y sin ningún riesgo empresarial, obtenían beneficios “absolutamente desproporcionados” de en torno al 80% del canon.
¿A qué imputaban los gastos declarados que le dieron pie a cobrar esas cantidades? Según Hacienda, se incluyeron en las declaraciones pagos a otras sociedades del grupo (patrimoniales), se simularon pagos con facturas falsas y se sufragaron bienes no relacionados con los servicios (gastos personales de la familia). Todo con un objetivo: “la desviación de fondos procedentes de la sobrefacturación a Elsur hacia sus beneficiarios últimos, la familia Amate”.
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