No son todavía las nueve y media y una de las más de 20 inspectoras adscritas a Salud Pública aparca su vehículo frente a una cafetería de Costacabana. Baja de su vehículo con un bote de plástico en la mano. Se adentra en la playa, se acerca a la orilla y camina unos pasos hacia el mar. Llena el bote de agua y sale.
Ya en el paseo toma la temperatura del agua (20,6 ºC) y cierra el bote. En el vehículo etiqueta el bote con la fecha, la zona de baño, el punto de muestreo y la petición analítica que solicitará al laboratorio de Salud Pública.
Antes de llegar a Costacabana ha realizado la misma operación en las playas de San Miguel, El Zapillo y en la desembocadura del Andarax, entre otros. Y seguirá haciéndolo hasta el límite con el parque Cabo de Gata, donde empieza el trabajo de otro de sus compañeros.
Ella es sólo uno de los eslabones de una cadena perfectamente protocolizada que busca la seguridad de los ciudadanos y la protección del medio ambiente a lo largo de todo el litoral almeriense.
Sólo en el Distrito Sanitario Almería son 20 los puntos de muestreo visitados por los inspectores, tanto en el término municipal de Almería como en la zona de Carboneras y la de Níjar. En toda la provincia, los puntos de muestreo de aguas marítimas son 90, en 77 playas.
La inspectora a la que hemos acompañado a Costacabana no sólo recoge muestras para conocer los parámetros microscópicos del agua de la playa, sino que también observa otros parámetros macroscópicos en el agua. Su transparencia, el color o cualquier anormalidad que pueda detectar a simple vista como la presencia de medusas, por ejemplo.
Diez operaciones Todos estos datos los volcará en bases de datos. Y realizará este proceso hasta diez veces al año. Una, antes de la temporada oficial de baños en las playas, y hasta 9 cada quince días, entre junio y septiembre.
Los valores microscópicos de las aguas de baño almerienses se estudian en el laboratorio de Salud Pública, ubicado en la sede de la delegación territorial de Salud en el número 101 de la Carretera de Ronda.
Las muestras depositadas en el laboratorio no tardarán más de 48 horas en ser plasmadas en una base de datos de ámbito andaluz. La rapidez y eficacia de quienes las manejan permiten confirmar anomalías de forma inmediata y repetir las pruebas en el caso de que fuera necesario. Sólo de manera puntual se ha tenido que desaconsejar el baño, recuerdan desde Salud Pública.
Y es que todos los datos que se manejan desde la inspección a pie de playa hasta el laboratorio ofrecen un histórico de aguas “excelentes” en la provincia.
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