El re-rescate de la ‘refajona’, el polémico traje típico almeriense

Ana María Pérez conserva las indagaciones que realizó del traje de Adra hace más de 20 años

Colección de muñecas de trajes típicos almerienses
Colección de muñecas de trajes típicos almerienses
Patricia Fernández
01:00 • 27 ago. 2014

Los entresijos de las raíces de los almerienses arrastran un desconcierto general que afecta inevitablemente a la ignorancia de las costumbres, la cultura y la historia de esta provincia. 




Una confusión de la que nacen las polémicas que todos los años aparecen reflejadas, en un ejemplo claro, en la indumentaria típica de la región que historiadores, asociaciones y voces varias se empeñan en difundir durante las fechas clave. La Feria de Almería reaviva siempre el discutible uso del traje foráneo de sevillana o flamenca que oculta bajo sus volantes , coloridos y lunares las prendas propias de la región del levante. 




Entre dos fronteras culturales, Almería constituye un punto de fusión de los tópicos folclóricos de Andalucía y la herencia murciana y valenciana que tiene su origen en la repoblación cristiana de habitantes procedentes, en su mayoría, de estas regiones tras la expulsión morisca. El privilegio de esta riqueza cultural ha sido sin embargo la responsable del desconocimiento de bailes, cantes, vestimentas e incluso de la descendencia del habla tradicional, que muchos asocian más al dialecto ‘panocho’ murciano que al andaluz. 




Re-rescate
Pero el rescate de la ‘refajona’, llamado así por el ‘refajo’ -nombre de la falda del atuendo-, que instituciones públicas se empeñan en promover en nuestras Fiestas Mayores este año tuvo ya un punto de partida. Ana María Pérez Morales, miembro de la Asociación Artesanos de Almería, comenzó un trabajo de recopilación de información acerca de la indumentaria almeriense por regiones hará ahora más de veinte años. 




Desde 1990 
El estudio sobre el traje típico de Adra, uno de los más destacados, con la colaboración de Francisco Querol Sánchez -actualmente director del Centro de Educación de Adultos Mediterráneo de Adra- y Javier Sánchez Real -historiador abderitano y hoy director del Museo de Adra-, se expuso en el III Congreso de Folclore Andaluz: Danza, música e indumentaria tradicional de 1990, recogido después en la publicación de la editorial Centro de Documentación Musical de Andalucía.




Unas jornadas que nacieron con el objetivo de salvar el patrimonio popular dando difusión a trabajos de investigación en diversos campos. Ana María Pérez llevaba por entonces un grupo de baile en la localidad de Adra y, acostumbrada a recibir souvenirs en regiones donde de vez en cuando actuaban, comenzó a indagar en los detalles de la vestimenta propia de su localidad. “Buscaba documentación para crear un detalle que mostrase nuestra indumentaria y me entró el gusanillo por investigar otros trajes”. 




Desde la prenda regional de Almeria, más liviano y de estilo marinero, hasta un total de unos catorce atuendos acreditados a través de registros oficiales, fotografías, obras pictóricas y testimonios escritos que describen los atavíos tradicionales y los bailes que con ellos se realizaban, antiguamente con el objetivo de cortejar a una pareja en las fiestas de aquellas cortijadas de las que más tarde nacerían las localidades y municipios que hoyconforman nuestra provincia. ”Aunque fueran similares siempre había algún detalle de distinción para cada cortijada”, confirma Ana María. Detalles como los colores del pañuelo y la falda, el estilo de peinado y la forma de colocar los diversos adornos que analizan los trajes regionales de Almería (desde el más antiguo hasta su evolución en la versión más moderna), Mojácar, Serón, Níjar, Adra, Vélez Rubio, Laujar, Alboloduy, Berja, Dalías, Tabernas, Gádor y Vícar. “Todos los que recogí están documentados”. La descripción de esos atuendos se complementa con algunas curiosidades acerca de su uso como la costumbre, por parte de las mujeres más esbeltas, de colocar hasta siete enaguas con objeto de crear volumen, o las similitudes y paralelismos que existen con otras regiones, algunas tan evidentes como la que nos relaciona claramente con nuestra vecina norteña, Murcía.  Una investigación que, según su autora, no recibió la atención suficiente para conseguir el fin de todo conocimiento, llegar a su público de máximo interés, la sociedad, y que debería ser el punto de partida para ese ‘rescate de la cultura almeriense’ que curiosamente ahora urge tanto.




Prendas centenarias
La participación de Ana María Pérez en el estudio del traje tradicional de Adra fue el inicio de su indagación en la búsqueda de información acerca de los trajes regionales almerienses. Los registros que la Sección Femenina del Régimen Franquista dejó en su labor de recopilación de elementos etnográficos para rescatar la historia de cada región no eran de fácil acceso y  “si alguien guardaba algún resto lo tenía muy custodiado debido a esta confiscación”. De entre esos restos, “llegamos a tener un traje original de Adra de una media de hace doscientos años”. Una reliquia que estuvo expuesta en el Patio de Luces de la Diputación de Almería. Tras documentar los atuendos, llevó a cabo la creación de una colección de muñecas de cerámica (en las fotos superiores) que reproducen al detalle los elementos de cada vestimenta y que, asegura, fue el obsequio institucional durante la candidatura de Almería en los Juegos Mediterráneos de 2005.


 


 


 


 



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