Anoche se cerró una nueva y exitosa edición del Festival Flamenco ‘Ciudad de Almería’ con la celebración de una de las novedades de este año, un día exclusivo para artistas de Almería y con entrada libre para que todos pudieran disfrutar del flamenco, en una iniciativa promovida por el Área de Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Almería. La velada contó con las actuaciones de la bailaora Rocío Garrido, la cantaora María José Pérez y el experimentado cantaor ‘El Carrete’.
Una Plaza Vieja con muy pocas sillas vacías recibió en primer lugar el baile de la joven Rocío Garrido, que con 28 años se ha convertido no solo en un valor de futuro, sino que ya cuenta con un presente rutilante. Comenzó su espectáculo por tarantos, tan almerienses, como la noche exigía. Movimientos de pureza mezclados con cierto gusto a la danza más contemporánea. Un ejemplo de cómo hacer convivir el purismo y la modernidad con un cante tan puro. Más mágica aún fue su segunda intervención en escena, por alegrías, con un tablao que fue aderezado con arena. Los cantes de Pepe de Pura y Jesús Corbacho dieron lucidez a una actuación tan delicada que se hizo breve.
La noche avanzó con la actuación de María José Pérez, artista que tampoco ha sobrepasado aún la treintena, y que ofreció un recital de una plenitud encomiable. Arrancó fuerte, por granaínas, con esas estrofas dedicadas a la rendición de Boabdil sin presentar batalla. “Es un palo que siempre me piden y que nunca puedo dejar atrás, así que vamos a empezar por ahí”, indicó, para posteriormente continuar por alegrías, cante alegre en el que se mueve con una facilidad pasmosa. En un continuo crescendo, María José Pérez deleitó con la pureza de sus soleás, donde ganó en expresividad, cantadas con un sentimiento arrollador, quejíos como llantos para ganarse la primera ovación del público en pie. No fue la única ocasión porque las seguiriyas posteriores mantuvieron el nivel de intensidad. La voz limpia y fresca de María José Pérez crecía y crecía en las prolongaciones, cosechando vítores tras vítores. Su repertorio culminó por fiestas, entre bulerías y sevillanas festeras, como el ‘El que a mí me despreció’ o ‘Yo me hago la ilusión’. Envalentonada, las dos últimas estrofas las realizó sin micrófono, a pie de escenario y con el público puesto en pie. Uno de los mejores momentos de todo el Festival.
Sin apenas descanso, de la juventud arrolladora, a las cuatro décadas de veteranía de ‘El Carrete’, que arrancó su actuación por malagueñas de Chacón, con el ‘Que te Quise y que te quiero’. Una voz profunda, que poco a poco entró en calor, con gravedad y sabiduría, por soleás con ‘Eché toda la leña’ y más tarde con ‘Hasta la pared de enfrente’. Temas dedicados a la memoria de Paco de Lucía y “de mi tito, Lucas”. Amante de los viejos cantaores más puros, ‘El Carrete’ finalizó su actuación versionando el ‘Ni el alcohol que haya más fuerte’, de El Chocolate, o por bulerías del Tío Borrico de Jerez.
Un cierre purista para tres noches de una edición que ha destacado por la conjunción entre juventud y experiencia en el cartel, con la noche almeriense y José Mercé, ‘El Pele’, Argentina y Ana Alonso.
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