Manuel Cáliz, rodeado de los suyos en su último adiós

Familiares, amigos, compañeros y alumnos arroparon al director del IES Alborán durante 35 años

Puerta del Santuario de la Virgen del Mar, ayer
Puerta del Santuario de la Virgen del Mar, ayer
David Estrada
21:41 • 26 sept. 2014

“Ha sido un golpe muy duro”, “nos hemos quedado helados”, “se nos fue demasiado pronto”. Estas son algunas de las muchas frases de lamento que se pudieron escuchar en la misa funeral en memoria de Manuel Cáliz Cáliz, director del Instituto de Enseñanza Secundaria Alborán, celebrada en la Iglesia Virgen del Mar, la patrona de Almería.




Eran las once de la mañana cuando ya se comenzaba a ver a los primeros amigos de ‘El Cáliz’ y, como no, a sus primeros alumnos. El interior de la iglesia también se comenzó a adornarse con los primeros arreglos florales de colores suaves, limpios y serenos. Los primeros profesores del centro educativo también hacían presencia ya en la puerta de la patrona almeriense.




Corría el reloj y se acercaba el momento. Se pudo ver también a algunas autoridades como el subdelegado del Gobierno, Andrés García Lorca. Los primeros comenzaron a entrar a la iglesia mientras otros muchos esperaban el féretro de Don Manuel Cáliz.




Un gran educador




En los diferentes ‘corrillos’ que se hacían en la puerta no sólo se escucharon palabras de lamento sino también de agradecimiento por toda una vida dedicada a lo que ‘El Cáliz’ amaba, su escuela, su instituto, sus alumnos, sus amigos y sus compañeros de profesión. “Aprendimos mucho tanto académica como  personalmente”, “ha sido un currante de la educación” o “ha hecho muchísimo por la educación” fueron solo algunos de los comentarios que Manuel suscitó entre los cientos de personas que fueron a despedirle.




Y no fueron más porque a toda la comunidad educativa que compone el Alborán, su instituto, le denegaron el permiso de suspender las clases y así poder acompañar a Manuel Cáliz en su último adiós.




Y llegó el temido momento por los presentes. El coche que transportaba el cuerpo sin vida de un gran director asomó hacia el sagrado templo de la Virgen del Mar que abrió sus puertas para recibir a un inigualable docente. Cientos de personas fuera y dentro de la iglesia, entre suspiros y llantos, se preparaban para la eucaristía. Dentro del templo no cogía un alfiler y fuera, la gente permanecía consternada y afligida.




Una vez concluida la misa, Manuel Cáliz y su inseparable familia se trasladaron al pueblo natal del director, a Algarinejo, en Granada, donde se le realizó una última eucaristía más íntima. Allí descansará por siempre ‘El Cáliz’.



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