En una entrevista exclusiva concedida a LA VOZ Raúl Ríos desmiente la participación en el secuestro y revela la conversación mantenida con Jonathan Moya durante su coincidencia en El Acebuche tras el crimen.
¿Participó en la muerte de la niña Míriam Cuerda, de 16 meses?
No, de ninguna manera. No sabía nada. Ese día estuve con un guardia civil amigo mío, ayudándole en una compraventa de coches en Mojácar. Él se presentó en la Comandancia de la Guardia Civil de Almería para aclarar que estuvimos juntos.
¿Conocía los planes de Jonathan Moya?
No. Yo sabía que Gema era su pareja y que tenía una niña pequeña. Me dijo que iba a recogerlas y poco más. Me contó que luego vendría el padre de la niña para quedársela una semana y que los dos, Gema y Jonathan, se iban a quedar en Granada unos días, como algo normal, como unas vacaciones.
¿Nunca le dijo que quería llevarse a la niña?
Para nada. Sólo me contó que tenía una relación de pareja normal y que iban a alquilar una casa en la parte de Granada, donde buscaba una casa para quedarse. Que iban a hacer una barbacoa y que iban a matar un cordero... Él sólo quería que yo fuera con él porque tenía fallos con el coche y quería que lo acercara. Nada más.
¿Conocía a la madre de la menor asesinada, a Gema Cuerda?
¿A la madre? No, no la conocía. Nunca he hablado con ella.
¿Tenía relación con Jonathan Moya?
Yo tenía relación con su hermano mayor. Como Jonathan siempre estuvo viviendo fuera desde la separación de sus padres, lo he visto apenas una vez al año.
Después de los arrestos ambos coincidieron en El Acebuche, durante unas semanas. ¿Cómo justificó la muerte de la bebé (el cadáver apareció en una bolsa de deporte con piedras en el fondo de una balsa)? ¿Qué le dijo del crimen?
Su primera versión fue que el padre de la niña se la llevó y que él nunca le hizo nada. Luego, en otra ocasión, me dio una versión distinta. Me dijo que la familia de ella lo sabía y que todo estaba en su teléfono. Me dijo que habían querido darle un susto a Gema, pensado con la abuela, porque la Junta de Andalucía le había quitado a otros hijos y, como de esta niña no se hacía cargo, la dejaba descuidada, querían darle un susto.
¿Le reconoció que había matada a la pequeña?
En la última versión Jonathan se puso a llorar y me dijo que no sabía qué hacer, que la niña se le cayó de una mesa cuando estaba cambiándole los pañales y que intentó darle un masaje cardiaco, pero no respondía.
Usted está en este proceso, en buena medida por las palabras de Jonathan Moya. Si no tenían demasiado contacto, ¿por qué le mencionó?
Él me ha dicho que no me mencionó y que la Guardia Civil le estaba apretando para que dijese que yo le había ayudado. Pero yo no sabía absolutamente nada.
En el informe policial aparecen conversaciones de WhatsApp de los días 19 y 20 de diciembre, antes y después del secuestro. En ellas Moya le habla de que ya tiene “el paquete” y que no sabía qué hacer con él. ¿Cómo explica esto?
Jonathan Moya me dijo que tenía que hacerle un trabajo al padre de la niña, que tenía que llevarle un paquete de droga. Es a lo que se refiere en los mensajes del día 19. Su coche no funcionaba y buscaba otro. A mí me parecía que nada tenía sentido y no le hice caso. No tenía ni pies ni cabeza. Además, ya conocíamos las historias, es muy fantasioso, se montaba sus películas.
Pero el día 20, justo después del rapto de Míriam Cuerda, también le manda mensajes.
Los mensajes están mezclados, cambiados de lugar y la conversación no tiene nada que ver. La trascripción no está bien hecha y las cosas están cambiadas de sitio, están movidas y faltan cosas. También hay cosas que no he dicho. Por eso pido que analicen mi teléfono móvil para demostrar que los mensajes están alterados. Que un perito mire los mensajes, que están ahí. Es tan fácil como analizar el teléfono móvil para darse cuenta de que no sabía nada.
¿Nunca le preguntó qué hacer con la menor?
El día 19 me dijo que había cogido el paquete, que estaba con el padre de la niña y el coche le había dejado tirado por la batería. Y el día 20 me escribió que “si me encierran ven a verme” y yo le pregunté “qué has hecho”. Ya no me contestó más. Eso no aparece en las transcripciones.
¿Ha tenido contacto con Jonathan Moya al margen de las semanas en las que coincidió en la cárcel de Almería?
Sólo en ese momento.
Moya le escribió una carta pidiéndole perdón. ¿Le guarda rencor? ¿Qué siente?
Tengo mucha rabia. Me han destrozado la vida entre todos. Ahora estoy en Almería y estoy con ansiedad. No me siento a gusto, no me gusta ver a gente. No me gusta que la gente me reconozca y pueda decirme. Han manchado mi nombre y quiero limpiarlo. No ha hecho nada.
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