El sistema de justicia juvenil halla la vacuna a su virus más infeccioso, la violencia familiar. Los grupos de convivencia educativa se han convertido en una fórmula de éxito en la reinserción social de los menores maltratadores, una figura creciente en los últimos años que ha encendido las alarmas de administraciones, operadores jurídicos, educadores y psicólogos.
La presencia de menores sancionados por malos tratos a sus padres y hermanos en los centros de internamiento no es nueva, pero en los últimos años se ha elevado hasta cifras desconocidas (en torno a un 25 por ciento de los internamientos). Por eso, la Consejería de Justicia e Interior, con las competencias en materia de justicia juvenil, trabaja para atajar el problema y busca soluciones junto a jueces y fiscales. Los grupos de convivencia educativa son una alternativa de “medio abierto” muy valorada por los especialistas por sus excelentes resultados.
Según estadísticas de la Junta de Andalucía, 28 menores han sido reeducados durante el primer semestre de 2014 a través de los dos grupos de convivencia de los que dispone la Consejería de Justicia e Interior en la provincia de Almería.
La mayoría de estos menores de 14 a 17 años había cometido delitos (infracciones penales) relacionados con la violencia en el seno familiar y siguieron un programa de resocialización dentro de las medidas no privativas de libertad decretadas por los jueces de menores.
“Esta medida tiene como finalidad proporcionar al menor un ambiente de socialización positivo mediante la convivencia, durante un período determinado por el juez de menores, en una familia distinta a la suya o en un grupo educativo en el que desarrolle pautas socioeducativas que potencien sus habilidades sociales y de integración”, señala Justicia e Interior.
Medio abierto
Los menores son apartados del domicilio familiar y comienzan un tratamiento en grupos tutorizados por especialistas. Hacen vida "normal", pueden salir de los pisos tutelados y asistir a clase, pero tienen limitados los contactos con sus padres en un estricto programa de seguimiento y reeducación destinado a reconducir sus conductas.
La Fiscalía Superior de Andalucía revela en su última memoria anual la efectividad de estos círculos impulsados por la Consejería de Justicia e Interior. “En general los fiscales consideran que unos de los recursos que mejor resultado está dando en el tema de la violencia doméstica es la medida de Convivencia en Grupo Educativo, también la medida de Libertad Vigilada con sometimiento a programas de intervención familiar y -sólo en casos de reincidencia o de gravedad- se acude a las medidas de internamiento”, señala el informe.
“Tanto la Justicia como la Junta de Andalucía consideran que la incorporación de los jóvenes a un recurso de estas características les proporcionará las normas educativas de convivencia adecuadas basadas, fundamentalmente, en los valores de respeto y tolerancia”, añade la Consejería dirigida por Emilio de Llera.
La comunidad cuenta con 18 grupos educativos, trece para chicos y cinco para chicas, con una capacidad máxima de ocho plazas cada uno. Este recurso proporciona a los menores alojamiento, alimentación, vestuario y las atenciones sociales, psicopedagógicas y de aprendizaje necesarias para su desarrollo.
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